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Recorrido por los anticuarios de Bruselas

Desde las tiendas selectas de la plaza del Sablon a los 'bibelots' de la rue Haute

Puesto de antigüedades en el un mercadillo de Bruselas.
Puesto de antigüedades en el un mercadillo de Bruselas. Tim Graham

Es difícil pasear por Bruselas sin encontrarse con algún anticuario. Estas tiendas están disgregadas por toda la capital belga, aunque también hay algunos rincones especiales donde curiosear y rescatar rarezas del paso del tiempo. Los sitios donde se pueden encontrar antiguallas de todo tipo por precios asequibles son las brocantes, mercadillos que se organizan generalmente durante los fines de semana. Bruselas cuenta con un calendario de brocantes que se realizan en diferentes lugares de la ciudad. Algunas se especializan en determinados artículos, como ropa o muebles, pero en la mayoría se vende una miscelánea de antigüedades.

Todos los sábados y los domingos por la mañana la plaza del Sablon se llena de muebles, cuadros, joyas, libros, porcelanas, esculturas de distintas clases y de múltiples orígenes que se apilan en pequeños tenderetes. En este barrio hay un gran número de anticuarios y las piezas que se encuentran aquí son generalmente exclusivas, con precios astronómicos. En la rue Minimes o en Lebeau los escaparates muestran esculturas griegas y romanas, joyas egipcias, arte tribal africano, además de los típicos muebles del siglo XVII. La visita a algunas de estas tiendas es lo más parecido a pasearse por un museo.

Sin embargo, no todos los anticuarios son tan sofisticados como los del Sablon. En Les Marolles, un barrio muy cercano, se agrupan otras tiendas en las que los objetos están ordenados de un modo algo más alternativo. En este antiguo barrio obrero, escenario de revueltas sociales, se encuentra la rue Haute, en la que están los anticuarios que venden 'bibelots', objetos de toda clase que no llegan al rango de antigüedad. Uno de estos anticuarios es Espace 161, una tienda que desde hace diez años vende en Bruselas objetos de los siglos XVII, XVIII y XIX. Al entrar, la dependienta recibe a los curiosos con una sonrisa, dispuesta a explicar de dónde proviene cada uno de los artilugios disgregados por la enorme sala de 1.000 metros cuadrados. "Todo lo que hay aquí es de Europa, de Francia, España, Holanda…", cuenta.

También en la calle Haute están Au Bois de Rose o la Galeria Antichita, con una amplia colección de muebles restaurados. En Max & Sophie un perro se pasea entre los objetos expuestos en el escaparate; entra y sale a su antojo rodeado de piezas históricas, como lámparas, jarrones o candelabros. No hay que dejar de entrar tampoco en la galería Haute, donde se devuelve la elegancia a los anticuarios. Con una iluminación precisa y de forma ordenada, aquí se exponen antigüedades provenientes de todos los rincones del mundo.

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