Gran Canaria, una casa rural en el Olimpo

Si Gran Canaria conservara un vestigio de la belleza que en la antigüedad hizo que fuera señalada como una de las ubicaciones posibles del mitológico Jardín de las Hespérides, éste se encontraría en el barrio de El Risco, al oeste de la isla, entre los pueblos de Agaete y La Aldea, en el corazón del acantilado que cae al mar desde la cumbre con forma de cola de dragón conocido como el Andén Verde.

El Risco son 50 casas a los pies de la montaña de Tirma. Es naturaleza delicada bajo los pies y majestuosa en lo alto. Son impresionantes cascadas en época de lluvias e inéditas playas salvajes. Y El Risco es Las Rosas, la casa rural que lo preside. Podría ser la mansión de la diosa Hera. Con cobertura telefónica y 3G solo en determinadas zonas del exterior, hasta Zeus podrá sentirse, de verdad, en un lugar olvidado por el tiempo.

Para llegar a Las Rosas hay que serpentear por la carretera que une Agaete y La Aldea. Sus mil curvas entre palmerales y precipicios son mágicos a ritmo de bolero. Aparece el bar Perdomo. Señal de que paremos. En una atalaya al final del barrio, Las Rosas son la "casa grande” y la “casa chica”. Juntas, aunque con accesos independientes. La grande tiene capacidad para ocho. La chica, para cuatro. Ambas confluyen en la piscina. Diez por cinco metros y dos de profundidad con todos los extras necesarios para épicos tenderetes. Mesa para 14, parrilla, nevera, zona de fregadero y baño propio. Además, dos zonas de terraza para lectura. En total, 600 metros cuadrados de superficie con jardines donde florecen azucenas, enredaderas, palmeras, flamboyanes, aguacateros, mangas, plataneras, naranjos y chirimoyas. En primavera se llena de rosas.

Atardece en el cenador con mesa redonda para ocho. El rojo del cielo se refleja en el agua que rebosa las albercas. Del barranco llegan ecos de perros, cabras y vacas de las casas aledañas. Más cerca un coro de ranas. El primer grillo. Desayunaremos también aquí. Desde el alba nos acompañarán los gallos. Después canarios silvestres y el “du-duuu-du” apagado del cortejo de las tórtolas.

La casa ha recibido visitantes ilustres, pero Silvana Perdomo, 62 años, no da nombres. Ella la cuidó durante 30 años hasta que una caída dejó la tarea en manos de su hija Carlota. Los trece hermanos Perdomo son una saga en El Risco. Claudio es dueño y cocinero del bar Perdomo. Por entre 7 y 9 euros podrás saborear sus sabrosas carne mechada, ropa vieja de pulpo o paella de pollo y conejo con judías de garrafón. El bar -y la tienda anexa- abren de domingos a jueves de 7 a 20 horas. Viernes y sábados hasta la medianoche.

Podremos explorar una de sus tres playas (El Risco, Faneroque, Las Arenas). Atención a la fuerza de las corrientes. También, escalar Tirma por senderos que los lugareños nos señalan. Pepito, 77 años, los sigue subiendo y bajando como desde niño, cuando lo hacía “como un baifillo” detrás de su madre, carbonera. De su voz oiremos lugares por descubrir. Palmaretes, Lomo Pelao, presa del Vaquero, montaña Faneque, Roque Grande, Roque Chico, La Morra, Lomo La Cruz. O podremos planificar una excursión a Tenerife desde el puerto de Las Nieves (Agaete). Una hora de barco y pisaremos la isla del Teide.

Uno de los paseos más sencillos es hasta el Charco Azul. La vereda se inicia al lado de Las Rosas. Si ha llovido el éxtasis será total. Las paredes de Tirma exudarán el agua de la cumbre. El barranco correrá. Los charcos se agrandarán a medida que nos adentremos en la cuenca. Tras 20 minutos aparece este charco de agua verdosa de 40 metros cuadrados como remate de la cascada mayor. Nace 1.500 metros más arriba. Sumergidos en el agua helada ya no estaremos seguros de si estamos en las Hespérides o en el mismísimo Olimpo.

Casa Rural Las Rosas (El Risco, Agaete; +34 669 914968, 647 600030). Reserva mínima: 7 días. Correo para reservas: sarlau@terra.com