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VIAJEROS URBANOS

A la mesa del chef gijonés García Urrutia

Combina la cocina de autor con la tradición asturiana en platos como la fabada al pulpín con patatines Visitamos el restaurante AgU, a punto de cumplir dos años desde su apertura en el centro de Gijón

Cuando Alejandro García Urrutia compitió por España en el Bocuse d’Or no había cumplido aún los 30 años. No ganó, pero poco después su talento fue reconocido con sendas estrellas Michelín en los restaurantes Paladares y Gallery Art&Food. Fue la brillante antesala de su último proyecto, un restaurante que lleva las iniciales de su nombre ya convertido en marca: AgU, inaugurado en noviembre de 2010. Un espacio personal y diferente en el centro de Gijón donde las esculturas del artista dEmo y las fotografías de Noé de Mora realzan un continente hermoso y bien planificado que permite desde un encuentro en un comedor privado a un tapeo de carácter informal.

Tras franquear las puertas del establecimiento accedemos directamente a la vinoteca donde, además de una selección de tapas bien presentadas, cazuelas y sartenes a unos precios muy razonables, nos podremos dejar tentar por las esencias y jarabes que acompañan al carro de las ginebras bien para rematar la comida o como aperitivo. De camino hacia el comedor, una bodega de cristal con más de cien referencias ejerce su reclamo sobre el comensal quien, si así lo desea, puede acceder y seleccionar personalmente su vino. Una vez acomodados a la mesa se plantea la disyuntiva de, decidirse por lo popular o por la innovación.

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No hay problema, Alejandro Urrutia maneja la cocina de autor sin perder la esencia de la tradición. Bajo el emblema “Recorriendo Asturias”, la carta propone un paseo gastronómico por la región desde la fabada al pulpín con patatines, en equilibrio con otras sugerencias creativas que le han dado fama, como los langostinos con pillaw de trigo, salsa peral y huevas de trucha, las almejas fritas sobre arena comestible y agua de mar o el rabo relleno de foie, sin olvidar su famoso “tiramisú a mi manera”. El restaurante ofrece también menú del día, y menús degustación y para grupos por encargo. El local dispone de un comedor privado dotado de sistemas audiovisuales, para encuentros de negocios, reuniones familiares o para disfrutar de una cena diferente contemplando las imágenes de nuestra ópera favorita hasta sentirnos un personaje de “El Padrino”, pero con final feliz.

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