Algunas personas cuando pasan por delante de Toma Café no prestan la debida atención. Ante el aroma que emana, los más perceptivos se verán obligados a pararse y los cafeteros no podrán evitar rendirse a sus encantos. Escondido en un pequeño local, en la Calle de la Palma (Palma, 49), Toma Café solo es apto para adictos a la cafeína.
Los lunes por la mañana parecen diferentes tras uno de sus cuidados capuchinos. Con variedades de todo el mundo y bicis por todas partes, las tardes en el local son inesperadas: sabes que entras a por uno de los mejores cafés de Madrid; no sabes con quien acabarás hablando.
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