Gritos a lo Tarzán
El saxofonista Andreas Prittwitz, nacido en Múnich y afincado en Madrid, narra sus aventuras en Costa Rica
En una de sus giras -se ha ido de bolos con Sabina, Ana Belén, Víctor Manuel-, Andreas Prittwitz pasó una semana en Costa Rica. El saxofonista, nacido en Múnich y afincado en Madrid, que está de gira con su nuevo disco, Looking back over Chopin, tuvo de guía a un amigo que le metió en el bosque lluvioso.
¿Cómo describiría la naturaleza de la zona?
Hicimos varias excursiones, pero hubo dos cosas que me encandilaron: el teleférico del bosque lluvioso, que te transporta en medio de la vegetación, y lanzarme en tirolina desde árboles de más de 40 metros.
¿Gritó a lo Tarzán?
¡Claro! También hice puentismo, y luego nos recuperamos en las termas de Tabacón, cuyo origen es el volcán Arenal.
¿Cuánto tiempo estuvo oliendo a sulfuro?
Boletín
El aroma era muy intenso, pero el baño en esas piscinas aterrazadas es muy reconfortante.
¿Y para cenar?
Un mexicano con decenas de mariachis; parecía que estabas en la plaza de Garibaldi, en el DF.
¿Qué destacaría de Costa Rica?
Que es un país que promueve un turismo cuidado y de calidad. No se ven ni los destrozos ni los excesos de otros lugares. Todo es muy ecológico y sostenible; eso significa que no es barato.
¿Dónde vivió más la cara salvaje?
En unas cabañas en la península de Guanacaste con vistas a unas playas del Pacífico. Se oía el ruido de la selva: papagayos, iguanas, arañas. Y en la arena, huellas de tortugas y pelícanos. Parecía un documental de La 2.