Destinos para todos los décimos

De Filipinas a Canarias, pasando por el Valle del Jerte, Nueza Zelanda, Lanzarote, Aspen o la Vera extremeña. Quince destinos para todo tipo de bolsillos, tanto a los salpicados por la lotería como los que todavía repasan la pedrea.

01 De lo más lejos posible...

Un vuelo a Nueva Zelanda ronda los 1500 euros y tarda siglos. Es verdad que, a priori, es un destino que pueda dar algo de pereza. Sin embargo, merece la pena, incluso para aquellos ajenos a Frodo y sus amigos. Se puede aterrizar en Auckland, en la isla del norte, pasar al menos tres días en esta ciudad, hacerse el oído al acento kiwi y dar un salto a la región de Kerikeri, en la punta norteña del país. Después se puede alquilar un coche y poner rumbo al sur. Parada en la capital, Wellington, y de ahí, un salto a la otra isla. Nelson bien merece un paseo y un almuerzo en sus decenas de restaurantes, dónde se sirve arroz con ostras o plato del granjero (productos de la huerta y embutido). Alrededor de Nelson se encuentra el impresionante Parque Nacional Kahurangi. En dirección opuesta pero a una distancia razonable tiene su establecimiento Robert de Jongh. Este neozelandés de origen holandés vivió muchos años en España. De vuelta a casa compró una impresionante finca en Teal Valley y abrió Retiro Farm, una alojamiento selecto, tranquilo, en el que se mezclan llamas, alpacas, burros y ovejas con una atención exquisita, una bodega amplia y una cocina excelente. Para pasar al menos dos días.

Algo más de coche o, si se prefiere, un tren hasta Christchurch, capital de la isla del sur, en las llanuras de Cantebury, dónde ya sopla el aire del polo sur.

02 ...a paisajes cercanos, espectaculares y de bajo presupuesto

El extremeño Valle de la Vera se convierte, en invierno, en privilegiado mirador de Gredos, desde su vertiente sur. Desde el pueblo de Villanueva de la Vera, parte rutas de poca dificultad y espectacular recompensa, cámara en mano. Desde la cooperativa Gualtaminos, en dirección sur, una pista conduce a La cerca de la Carrera, alcanza el llano de Conejinos y continua hasta la garganta de Gualtaminos, por el puente de Alcorzo. Al remontar la cuesta posterior hasta el Cerro del Palillo, se obtiene una excelente panorámica del Labrado del Señor, zona de gran tradición ganadera, salpicada de encinas, jaras, robles, cantuesos y praderas, así como del majestuoso e invernal pico Almanzor.

Encajonado entre montañas, las sierras de Gredos y Candelario, el vecino Valle del Jerte es el mejor complemento al conjunto. Paisajes de cerezos, castaños y robles para rutas que recorren antiguos cordeles de trazados medievales e interesantes y bien conservadas calzadas de la época romana, así como puentes renacentistas. Y para andarines más animosos, la localidad de Jerte, corazón del valle, tienta como punto de partida más cercano para un descenso a la Garganta de los Infiernos. La contundente gastronomía extremeña (de cuchara o tenedor) será recompensa, manjar e invernal calefactor interno antes los rigores de la estación: migas, patatas revolconas o un buen cuchifrito.

03 De Filipinas a Canarias

Deportes de verano en tiempos de nieves. Un pequeño lujo puede ser Filipinas. Recomendaba una lectora, Marisa Orellano, la isla conocida como El Nido, idónea para alquilar un barco y practica submarinismo en las aguas de la Laguna Grande y Pequeña. Corales, peces de colores plantas acuáticas... Otra opción para los amantes del buceo es la península de Maraú, cerca de Salvador de Bahía, lugar preferido por Dani, el cantante de Macaco. Sin salir del fondo marino, Paco Nadal recomienda la isla tailandesa Ko Tao, playas de lujo y un fondo impresionante para pasar horas sin tomar aire.

Más deporte, pero más asequible. Un salto a Lanzarote para huir del frio y dar un paseo interpretativo por la Ruta de los Volcanes. Tres kilómetros llanos rodeando el volcán de Tremesana entre lava y tubos volcánicos. Otra opción es ponerse el mono de neopreno - o no - e intentar subirse a una ola en Fuerteventura. Hay oferta variada de escuelas que ofrecen alojamiento y clases para todos los niveles. Divertido y relativamente asequible.

04 De Aspen a La Pinilla: estaciones para 'el gordo' y 'la pedrea'

Con el gordo en el bolsillo es el momento de darse un festín de esquí transatlántico en Estados Unidos. Aspen-Snowmass, en plena Rocosas de Colorado, es símbolo de lujo y refinamiento. Cuatro estaciones en una, Increíble entorno, afamados recorriddos freeride y una nieve polvo de calidad inigualable: su mítico Champange Powder. A pocos kilómetros de Salt Lake City (Utah), Deer Valley ha sido seleccionada, por tercer año consecutivo, como la mejor estación del país por los lectores de una prestigiosa cabecera especializada. Para qué añadir más...

Si el presupuesto no se ha multiplicado el 22 de diciembre, hay apuestas más modestas pero sumamente rentables: desde Peyragudes, el spot más moderno del Pirineo francés, hasta sencillas pero coquetas opciones del interior peninsular: Valdezcaray, Valdelinares (que estrena pista) y La Pinilla.