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Calas abiertas todo el año

Entre pitas y chumberas, el Cabo de Gata garantiza un microclima atractivo en casi cualquier época del año

Como una perversión más del progreso actual, dicen que ya se puede bajar desde la Costa Brava a la Costa del Sol sin salir de la misma calle. Lejos queda ya lo de atravesar la Península Ibérica de rama en rama. Las ardillas del pasado hoy van motorizadas. Sin embargo, a medio camino entre ambos puntos cardinales, un irreductible territorio lucha por mantener a flote su condición de singularidad. ¿Irreductible? Casos como los del hotel de la playa del Algarrobico, además de otros síntomas preocupantes, como el de la proliferación de grúas en la línea de un horizonte troquelado de pitas y chumberas, se empeñan en librar un pulso con la esencia del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar.

Declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera, es el único parque natural de España situado al borde del mar. Su vasto espacio altamente despoblado garantiza un microclima atractivo en casi cualquier época del año, aunque parte de su gancho radica en no haber absorbido todavía la marea del turismo masivo, ni del dominguero cañí, ni del guiri colonizador. Eso sí, más de un francés y más de un británico ya regentan prósperos negocios tras haber querido ser adoptados por el reducto almeriense.

No esperen grandes complejos hoteleros primados por la máxima del todo incluido. Aquí se lleva el alojamiento con encanto, el cortijo perfectamente encalado y la atención cercana y familiar. También vale el camping y hasta el vivac, la furgoneta destartalada y la caravana multifuncional, pilotada por jóvenes rastas, amantes del nudismo y de determinadas sustancias naturales.

Bahías íntimas y calas coquetas

Paraíso del buceo, el litoral que va desde Cala Raja, al pie casi del faro de cabo de Gata, hasta la playa de Los Muertos, antes de llegar a Carboneras, ofrece escenarios playeros para todos los gustos: calas coquetas de roca pulida y agua cristalina, ensenadas de arena blanca, escondites de acceso intrincado, playas de estampa caribeña, fondeaderos íntimos y pequeñas bahías custodiadas por baluartes defensivos a medio derruir, en recuerdo de las escaramuzas piratas de siglos pasados.

Localizaciones tan pintorescas como las del Cortijo del Fraile, que sirvió de inspiración a Federico García Lorca para sus Bodas de Sangre, o como las que sirvieron de plató a los míticos spaghetti westerns de Sergio Leone, o como la de la célebre playa de Monsul, aquella en la que Sean Connery, padre del talludito Indy, espanta con su paraguas a un grupo de gaviotas para estrellar un avión nazi. O como la que protagoniza el pueblecito interior de Rodalquilar, con su extinta mina de oro presidiendo el valle.

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Son sólo algunas anécdotas que identifican a este desierto de sierra volcánica con la imagen de un destino siempre sorprendente.

Cinco calas

Playa de Los Muertos. Referencia inequívoca de la práctica del nudismo, entre Carboneras y Agua Amarga, a esta hermosa extensión de gravilla blanca y orilla transparente se accede tras salvar diez minutos de caminata desde el aparcamiento. El contraste es evidente: a la izquierda se divisa la desaladora y la cementera de Carboneras; en el extremo derecho de la playa, el cabo de Mesa Roldán se anticipa por la caprichosa silueta de una inmensa roca que resguarda el rincón más solicitado.

Los Genoveses y Monsul. Casi en la punta opuesta del parque natural, más allá de San José por una carretera lisa pero sin asfaltar, las otras dos grandes playas de este litoral. Si Genoveses destaca por su vasta extensión -menos concurrida la zona de eucaliptos, al otro lado del Morrón de los Genoveses-, Monsul ofrece la postal más típica del Cabo de Gata. El arenal blanco se rodea de cortados basálticos, en constante movimiento provocado por su ondulante duna viva. Como caído del cielo, un gigantesco pedrusco volcánico divide la playa en dos. Bordeando uno de sus extremos, se accede sin problemas a El Barronal y cala de los Amarillos.

Cala del Plomo. De camino a Las Negras desde Agua Amarga, un desvío a mano izquierda comparte destino. La primera parada, el hotelito La Almendra y el Gitano. Cinco kilómetros más tarde, a través del desierto por una pista llena de pedruscos y socavones, entre vegas y cortijos en ruinas, una playa virgen de arena y piedras recompensa el trayecto. Desde cala del Plomo, los más avezados sortean un trecho de unos tres kilómetros hasta acceder a cala de Enmedio, aún más tranquila.

Cala San Pedro. Uno de los destinos clave de los hippies locales. Playa nudista por excelencia, mantiene todo su encanto paisajístico, rodeado de palmeras, escombros defensivos del siglo XVI y XVIII y hasta de un manantial de agua dulce. Sin embargo, no es tan solitaria como antaño. Aunque hay que afrontar una travesía de varios kilómetros por su agreste entorno, se ha convertido en habitual excursión en barca desde Las Negras. La acampada libre es frecuente.

Cala Higuera. Bien señalizada y de fácil acceso, por una pista sin asfaltar desde la entrada a San José. Cala de grava oscura, su principal atractivo es el submarinismo, con la cueva del Tabaco como reclamo.

Atardecer frente al camino de la playa de los Genoveses, Cabo de Gata (Almería).
Atardecer frente al camino de la playa de los Genoveses, Cabo de Gata (Almería).MIGUEL A. PALOMO
Playa del Arco, en el Parque Natural Cabo de Gata (Almería).
Playa del Arco, en el Parque Natural Cabo de Gata (Almería).GONZALO AZUMENDI

GUÍA PRÁCTICA

Dónde dormir- Mikasa. Un impecable jardincito de secano sirve de antesala a una casita pintada de blanco impoluto. Traspasar el umbral de su pesado portón reabre el recuerdo de edenes lejanos, visitados por la pareja propietaria, Manuel Lezcano y Lidia Griffith. Aires indianos y marineros en las áreas comunes y en las alcobas. Silencio e intimidad en el jardín de la piscina. La inauguración de 12 nuevas suites en una finca cercana completa la tentadora oferta. Ctra. Carboneras, s/n. Agua Amarga. Tel. 950 13 80 73. www.mikasasuites.com. A partir de 120 euros, desayuno incluido. - La Cortijada. Los viajes y la profesión del padre de familia (relacionado con el mundo del ferrocarril) configuran la base de la decoración de este singular hotelito de tan sólo tres habitaciones, separadas entre sí mediante diferentes espacios y niveles, sin puertas de acceso. El popurrí de influencias, desde la magrebí a la mexicana, además de piezas artesanales de origen oriental, estallan en un colorista muestrario sentimental. Lo mejor: el solárium de una de las habitaciones, con vistas a la mina de Rodalquilar. C/Bentonita, 2. Rodalquilar. 950 38 98 27. http://perso.wanadoo.es/lacortijada/. Habitación doble con desayuno: 90 euros. - Villa Maltés. A pesar de su nula señalización, el Paraje El Maltés posa sobre una de sus laderas esta finca cortijera embellecida por el primoroso encalado de sus patios y apartamentos, por el magnífico trabajo de forja y carpintería, por el arrobo de sus flores y césped, y por sus solanas con vistas al desierto. Paraje El Maltés. Boca de Los Frailes. Tel. 950 38 70 70. 607 11 92 06. www.villamaltes.es/es/village.php. A partir de 90 euros en temporada alta, desayuno no incluido.- Cala Chica. A la entrada de Las Negras, este pequeño y humilde hotel de arquitectura blanca y sencilla, convence por la luminosa amplitud de sus estancias, por el equipamiento de la suite y habitaciones triples, por su recoleta piscina y, sobre todo, por las magníficas vistas al amanecer sobre el mar desde sus terrazas escalonadas. C/Hélice, s/n. Las Negras. Tel. 950 38 81 81/82/83. www.calachica.com. A partir de 116 euros en temporada alta, desayuno incluido.- La Almendra y el Gitano. Cortijo inclinado sobre el Paraje Las Cordilleras es el fruto rehabilitado del sueño de una joven pareja. A un lado, la puesta de sol. Al otro, más allá de una cañada cuajada de pitas y palmeras, el mar. Y entre medias, con vistas a este paraíso de secano, un puñado de exquisitas estancias decoradas con mimo. Un aljibe reconvertido en mirador. Piscina aislada en el paisaje. Un alojamiento especial. Paraje Las Cordilleras. Camino de Cala Plomo s/n. Tel. 678 50 29 11. www.laalmendrayelgitano.com. A partir de 125 euros, desayuno incluido. Dónde comer- El Trota. Las cenas más románticas de Rodalquilar, con permiso de La Tasquilla, encaramada al Risco de las Águilas. Localizada en la plaza del pueblo, la terraza del Trota está regentada por una experta pareja de franceses enamorados del cabo de Gata. Un profesional y joven servicio presenta platos de autor destilados según el recetario de la cocina del mundo. Satay de pollo con salsa de cacahuetes, couscous, quesadillas, cebiche de camarón Latín Explosión, pescados servidos a la francesa, charlotte de frambuesa. Extensa carta de vinos, copas y catering. Pza. Tenis s/n. Rodalquilar. Tel. 950 38 98 13. www.eltrotamundos.net. - Playa. Uno de los chiringuitos de la playa de Agua Amarga. Además de salmorejo y arroces, propone refrescantes y originales platos para aliviar el calor: sopa fría de melón y crema de sandía, tostas de foie con pera y de queso de cabra con confitura de violetas, bracito de pato, cazuela de verduras con queso. Playa de Agua Amarga, s/n. Reservas: 950 13 81 67.- La Esquina. Unas cuantas mesitas en el interior, un ático y una terraza bajo las buganvillas, de bote en bote en cualquier estación. Lasañas, pasta fresca y, sobre todo, pizzas de fina base. Barata, cena ideal antes de una cervecita en la Bodeguiya, al borde de la playa de Las Negras. C/San Pedro. Las Negras. Tel. 950 38 80 97.- La Villa. Contiguo al encantador hotel Mikasa, las veladas al borde de la piscina iluminada se alimentan de cocina creativa mediterránea y se riegan con una exquisita carta de vinos. Todo queda en casa. Ctra. Carboneras, s/n. Agua Amarga. Tel. 950 13 80 90.- Scarabeo. Entre los restaurantes alineados frente al puerto de San José, destaca esta trattoria de ambiente familiar y servicio campechano. Pasta salpicada con los mejores pescados y mariscos de la zona. Puerto deportivo de San José. Local 8. San José. Tel. 950 61 10 97.De noche- La Haïma. A la entrada del pueblo Los Escullos, en la playa del Arco, una gran tienda al más puro estilo marroquí es sede de fiestas y copeo a la luz de la luna. Jamiroquai, U2, Motown, música disco, etc. La cosa se prolonga en la arena hasta altas horas. - Chamán. Pasada La Haïma, por el mismo desvío hacía Los Escullos, la siguiente parada nocturna se llama Chamán, una discoteca casi adosada al castillo artillado de San Felipe del siglo XVIII, sobre un acantilado. - Fiebre del oro. En el pueblo de Rodalquilar, al final de la misma callecita del hotel La Cortijada, esta asociación cultural de amigos del cabo de Gata dispone de un vistoso local con tienda y sala de exposiciones. Fuera, un pequeño chiringuito con mesas y colchonetas goza del favor de la música chill out bajo un cielo estrellado, con el jardín botánico y la mina de oro al fondo. C/Oro. Rodalquilar. Tel. 639 32 96 30/630 35 35 62. - Dr. Jekyll. Al final del paseo marítimo de San José, este animado local de comida étnica alarga sus veladas amenizadas con música de Buenavista Social Club preparando los mejores mojitos de la zona. Servicio jovencísimo, desayunos, conexión a Internet y terraza exterior. Camino del Puerto, 48. San José. Reservas. 671 14 72 10. - Chiringo. En la misma playa de Las Negras, este chiringuito no sirve paellas por encargo. Su especialidad es el aperitivo y los conciertos de fusión por la noche.

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