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Fitur, la trampa de la dispersión

Los empresarios creen que deben implicarse más en la búsqueda de clientes

"Veo la feria exactamente igual que hace 10 años, con la misma gente en el pabellón de Andalucía, pero también en los expositores de los profesionales, es una lástima porque se tira mucho dinero aquí, hay ayuntamientos que vienen a soltar folletos sin saber por qué ni para qué". Un empresario hotelero que fue presidente de la patronal de la Costa del Sol explicaba así sus impresiones de Fitur, la feria en la que siempre se ha dicho que es un escaparate obligatorio, en el que hay que estar, pero en la que apenas se hacen negocios, y que ayer se celebró su segunda jornada repleta de actos de presentaciones de ofertas y eventos que se convierten en reclamo turístico, pero que las más de las veces se realizan ante el personal propio.

La Feria de Turismo no es la de los negocios, pero sí la de los contactos
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El debate sobre la utilidad de las grandes ferias es asunto recurrente, pero cobra especial significado de nuevo en un momento como el actual, de profundos cambios en el comportamiento de los turistas y en los canales de información y comercialización.

Si la tendencia ahora es la búsqueda del cliente de forma directa, casi individualmente, para proponerle poco menos que "viajes a la carta", como dice el consejero de Turismo, Comercio y Deportes, Luciano Alonso; de la misma forma puede decirse que ha llegado el momento también de que el empresario asuma su protagonismo en la promoción, habitualmente reservada en Andalucía a las administraciones.

El empresario José Prieto es uno de los más convencidos. "Hay mucha gente perdida", lamenta, porque no sabe bien qué hacer ante los cambios. "Hay que concentrarse en hacer un determinado planteamiento, decidir qué oferta y qué producto tienes y a quién se lo puedes vender y dónde, no ir a todas partes mezclado con todos los demás", propone. "Todo el mundo habla de la innovación, del uso de las nuevas tecnologías, de las redes sociales, pero no se sabe bien cómo se hace", se queja.

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Miguel Sánchez, presidente de la patronal hotelera andaluza, es consciente de que las empresas deben mejorar sus cauces de comercialización y ello implica implicarse con más decisión en la promoción. "Antes no teníamos que salir a vender, venían los touroperadores a llenarnos los hoteles; pero eso ya no pasa, ahora somos nosotros los que tenemos que ir a buscar los clientes y hacerles ofertas atractivas para ganárnoslos con una competencia feroz de destinos", argumenta.

A propósito de este fenómeno un cargo público de la Administración turística llama la atención sobre el hecho de que ahora los empresarios del sector se vean obligados a plantearse cuestiones que teóricamente son básicas en cualquier iniciativa empresarial, desde una tienda de barrio, como "cuál es mi producto, qué clientes tengo, qué servicios demandan...". Las iniciativas Lab y la nueva comunidad virtual turística de la Junta Andalucía tratan de ayudar al sector en este tránsito.

De momento, la agenda de Fitur sigue plagada de actos y presentaciones que se solapan unos con otros, aunque los pabellones, y especialmente el de Andalucía, tienen cada vez más espacio para las reuniones y los encuentros profesionales y con una utilización creciente en cada edición. Fitur, si no es la feria de los negocios, sí es de los contactos.

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