_
_
_
_
_
Reportaje:PARA NIÑOS

Dinosaurios y carbón

Un día en el Museo Minero de Escucha y en el Parque Paleontológico de Galve

La pregunta queda en el aire: "¿Es aquí donde los Reyes Magos recogen el carbón para los niños desobedientes?". Pero la guía no entra al trapo, sonríe y deja fluir la fantasía de los más pequeños. Lo que sí es seguro es que hoy tocarán auténtico carbón. Una mina subterránea de carbón visitable que se encuentra en la localidad turolense de Escucha, donde todo está pensado para revivir el oficio de minero. El punto de encuentro es la lampistería, donde los visitantes se pertrechan de casco-linterna, petaca alimentadora y autorrescatador, una mascarilla que filtra el aire viciado.

El recorrido comienza en la bocamina, ante un agujero negro que impresiona. Pero las luces se encienden y la incógnita se disipa, aunque no la emoción ante lo desconocido. Sentados en una vagoneta similar a las utilizadas en los tajos reales, los turistas salvan un desnivel del 33% atravesando un largo túnel, con un cielo de vigas y traviesas de hierro y madera y el vacío bajo los pies. Cuando llegan a 200 metros bajo tierra aparece la mina Se Verá, en la que se extrajo lignito desde 1940 hasta su cierre en 1968.

Más información
Semana sauria

En 2002 reabrió sus puertas en forma de Museo Minero de Escucha, y quienes enseñan hoy las tripas de la mina, después de pasar un complejo curso de especialización, son en su mayoría mujeres, hijas y esposas de mineros prejubilados. Rosa María Rodríguez es una de ellas. Como buena guía, empieza por explicar el origen del carbón mineral y la razón de que aparezca en vetas separadas entre sí por otras capas de rocas. También enseña los túneles y pozos, sin fondo aparente, para luego mostrar los tajos de avance que los mineros hacían en la piedra para acceder a las capas de carbón. Un laberinto de varios pisos de galerías apuntaladas, para que la estructura no ceda por la presión del terreno, es el resultado de esta ardua labor.

A lo Indiana Jones

En algunos tramos del recorrido, que dura hora y media, desaparece intencionadamente la iluminación, y el grupo tiene que avanzar con la débil luz que proporcionan sus cascos. Como Indiana Jones en el templo maldito, los niños se divierten al recorrer de esta forma las galerías, mientras no dejan de hacer preguntas. Para responderlas, surgen aquí y allá reproducciones de escenas de la vida y la labor en estas excavaciones. Un maniquí ilustra las altas temperaturas a las que trabajaban, provistos de pólvora y un simple pico y compartiendo bocadillo con las ratas, que, con su presencia, les aseguraban que había oxígeno suficiente.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Después se introdujeron la dinamita y los martillos perforadores y llegó Curro, un personaje que recuerda la inmigración andaluza a la cuenca minera de Teruel a partir de las primeras décadas del siglo XX, cuando la explotación carbonífera cobró auge debido al despegue industrial de Zaragoza y a la creación de centrales térmicas en la zona. Una historia que acabó en 1984, con los duros recortes que el plan energético nacional estableció a la producción carbonífera, provocando el progresivo abandono de las minas. Más adelante, la mula Lucera representa a las caballerías que pasaron su vida en la oscuridad de las explotaciones subterráneas.

Cada recoveco tiene una sorpresa, cada pasadizo atesora un recuerdo, y hasta un altar evoca que los mineros se encomendaban a su patrona, santa Bárbara, para que los mantuviera con vida.

Así hasta alcanzar, a punto de finalizar, la joya del recorrido: un tajo natural de carbón en el lugar de su formación, donde hace millones de años había plantas. La oscuridad se hace más densa, la temperatura aumenta y se percibe un leve olor a azufre. Todos quedan en silencio, hasta que una sombra delata a Rosa María, quien advierte que es hora de volver de nuevo a la luz.

Dinosaurios

Otra razón para acercarse a este enclave turolense son los dinosaurios. A 27 kilómetros de Escucha se encuentra el Parque Paleontológico de Galve, que ofrece visitas guiadas a los yacimientos de huellas de dinosaurios y un museo municipal con fósiles de dinosaurios, tortugas, peces, cocodrilos y mamíferos que habitaron aquí en el periodo cretácico.

¿Conoces más lugares para ir con los niños? Envía tus recomendaciones para una escapada en familia

En Galve (Teruel) se pueden ver reproducciones de dinosaurios, huellas y fósiles originales.
En Galve (Teruel) se pueden ver reproducciones de dinosaurios, huellas y fósiles originales.S. C.

Visitas

» Museo Minero de Escucha (902 01 02 39; www.museomineroescucha.es). Travesía de Escucha, s/n. Escucha (Teruel). Es imprescindible reservar. Horarios: de martes a viernes, de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00; sábados y domingos, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00. Precio: adultos, 12 euros; niños, 7 euros.

» Parque Paleontológico de Galve (978 77 60 47; www.dinosauriosgalve.com). Todos los días, de 10.00 a 13.30 y de 16.00 a 19.30. Información para visitas guiadas: Jesús, 628 33 64 92.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_