Caricias de una ciudad cultivada

Por qué escritores como John Irving se sienten fascinados por esta ciudad? ¿Es cierto que posee tanta vida nocturna como diurna? ¿Son reales los tópicos "sexo, drogas, tulipanes, creatividad, tolerancia..." que a ella se asocian? Son tantas las preguntas que asaltan al viajero que por primera vez visita este rincón holandés que vamos a ayudarle a responderlas en un solo día de visita. Para facilitarle la tarea, persiga conceptos que empiezan por la letra C; será así más sencilla de recordar esta lista de visitas obligadas:

8.00 Centro neorrenacentista

Central Station (1) es la puerta de Amsterdam. Aquí llegará en tren desde el aeropuerto. Su construcción, que impide ver el mar, estuvo rociada de polémica, pero su edificio neorrenacentista es punto de partida y referencia fundamental. Si ha adquirido la I Amsterdam Card (con validez para uno, dos o tres días, desde 38 euros, www.iamsterdamcard.com; 0031 090 04 00 40 40), que ofrece descuentos en museos, restaurantes y transporte, ya puede empezar a utilizarla.

8.30 Ciclistas y tranvías

Hay unas 600.000 bicicletas en Amsterdam. Ya puede imaginarse el tráfico. Además, sus conductores pasan de respetar semáforos, aceras y pasos de cebra; mucho cuidado y mire siempre antes de cruzar la calle. Mejor opción es unirse al enemigo y alquilar por unos 10 euros una para realizar este movido periplo que le ofrecemos: lo puede hacer en www.macbike.nl o www.mikesbiketoursamsterdam.com, entre otras muchas agencias especializadas. Pero, una vez sobre el sillín, atención a los tranvías...

9.00 Canales por doquier

La capital cuenta con cien kilómetros de canales, cruzados por 1.281 puentes que, como un enorme sistema sanguíneo, riegan y oxigenan el centro. Los principales, vistos sobre un mapa, son como letras C concéntricas. Puede recorrerlos en bici, en barco (Canal Company ofrece excursiones continuas, mañana y tarde, www.canal.nl; 0031 02 06 23 98 86) o paseando. Los más bellos son Herengracht (2) Keizersgracht (3) y Prinsengracht (4).

10.00 Casas flotantes o estrechas

Los hogares lucen en sus fachadas elementos peculiares: enormes ventanales que restan intimidad al interior, pero permiten aprovechar la escasa luz diurna de sus inviernos; tejados escalonados y viejas poleas que delatan su pasado como almacenes de grano. La casa más famosa es la diminuta donde se escondió dos años Ana Frank (5) (Prinsengracht 263, www.annefrank.org). Acuda temprano para evitar aglomeraciones en sus angostos pasillos y escaleras. En algunos canales, además, divisará originales casas flotantes. Si tiene tiempo, no deje de visitar también la mansión de Rembrandt (6) (Jodenbreestraat 4, www.rembrandthuis.nl) y sentirse como dentro de uno de sus lienzos.

12.00 Colorido floral

El Mercado de las Flores (7) abre todos los días para que usted cargue con bulbos para sus seres queridos. Los plantará en invierno y en primavera preciosos tulipanes decorarán su casa. Aunque no compre, vale la pena visitar estas casetas flotantes junto al canal Singel.

14.00 Cultura con mayúsculas

En un día es difícil visitar más de uno o dos de sus decenas de museos y galerías, pero un par son obligados: el Van Gogh (8) (Paulus Potterstraat 7, www.vangoghmuseum.nl) expone la colección reunida por el hermano del artista sin oreja, y el Rijksmuseum (9) (www.rijksmuseum.nl), el mayor de Holanda, con un escondido jardín donde descansar.

16.00 Ciencia y compras

Las calles comerciales -Nieuwendijk, el bulevar Rokin, Heiligeweg y Leidsestraat- son un hervidero incesante. Se sitúan cerca de la animadísima Dam Square (10), el corazón de Amsterdam, con sus majestuosos edificios, el Koninklijk Paleis y la Nieuwe Kerk (iglesia nueva), y su obelisco central de 22 metros, levantado en memoria de los fallecidos en la II Guerra Mundial. El cercano NEMO (11) (Oosterdok 2, www.e-nemo.nl), museo interactivo de la ciencia, apodado Titanic por su arquitectura vanguardista obra de Renzo Piano, ofrece un buen pasatiempo para los críos más curiosos.

19.00 Cucuruchos para merendar

Cucurucho de patatas fritas con mayonesa. Esto o tortitas es lo que suelen merendar los lugareños. Se venden en los puestos callejeros y sus sobradas calorías ayudan a soportar el gélido viento nórdico. También puede cenar ya, para afrontar con ánimo las agitadas horas siguientes, en un barco tan romántico como Sea Palace (12) (Oosterdokskade 8. 0031 02 06 26 47 77), el primer restaurante flotante del continente, con tres plantas y capacidad para que 700 comensales paladeen sus delicias chinas.

20.00 'Coffee shops'

Sea usted consumidor o no de hachís y marihuana -algo completamente legal aquí-, ha de conocer estos templos humeantes. Los hay por todas partes, aunque uno de los más publicitados es el Bulldog (13), al lado del Barrio Rojo. Los grafitos de su fachada ya previenen de su caliente interior. Por una escalerilla se desciende al semisótano, donde se suministran las drogas blandas desde un pequeño mostrador. Puede adquirir el porro ya elaborado o hacérselo usted mismo. Eso sí, aquí está tajantemente prohibido fumar tabaco y beber alcohol: paradojas de la vida (moderna).

22.00 Canalleo a lo John Irving

Si le va el lado salvaje de la vida, lo morboso y transgresor, éste es su destino. Encontrará cientos de sex shops con orgullosos escaparates repletos de condones, pelis porno y juguetería traviesa. También espectáculos en vivo, bares de ambiente y prostitución. El mítico Barrio Rojo (14) (Oude Zijde) que los personajes de Irving frecuentan en Una mujer difícil y Hasta que te encuentre es único en el planeta. Pero las autoridades sanitarias han actuado y la sordidez sólo la aportan sus estrechas callejuelas: las chicas que exhiben sus cuerpos a través de las cristaleras, bajo un neón carmín, son dignas de portada de Playboy. Para profundizar en la materia, visite el Museo del Sexo (15) (Bethaniendwarstraat 10-12).

24.00 Copas en una iglesia

Tras tanto estímulo potente, ¿le quedan energías y curiosidad? Entonces puede seguir divirtiéndose... Por la noche, la juventud invade las zonas de Leidseplein y Rembrandtplein con intención de desmadrarse. Compruébelo en clubes como Paradiso (16) (www.paradiso.nl), una antigua iglesia con actuaciones en vivo (estuvo la Velvet Underground) y DJ's; o Escape - Q, con una pantalla gigante en su fachada con imágenes de infarto y capacidad para 2.000 fiesteros. Cuando, amaneciendo, regrese a Central Station, donde empezó esta aventura de 24 horas, habrá resuelto sus dudas sobre los mitos de Amsterdam. E incluso sabrá por qué tiene, para sus 15 millones de visitantes anuales, sobradamente ganada su fama de pecadora esta más que curiosa ciudad.

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