Predilectísima
Porque escribir no es conformarse y no conformarse a veces excede el límite de la escritura: esa actitud subraya el significado del civismo y la humanidad
Es escritora. Desde 1995, fecha de publicación de 'El frío', ha escrito narrativa, poesía y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos últimos títulos son 'pequeñas mujeres rojas' y 'Parte de mí'. Colabora con EL PAÍS, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.
Porque escribir no es conformarse y no conformarse a veces excede el límite de la escritura: esa actitud subraya el significado del civismo y la humanidad
Las etiquetas son tan importantes como los orígenes que generan desigualdades y contra los que sin ayuda no se puede bracear
Mi propósito 2022 es cuqui, gratis y redundará en mi felicidad: me voy a hacer de derechas
El pesimismo nutricional y el ascetismo gastronómico son males del capitalismo avanzado. Mientras tanto, una parte de la población mundial pasa hambre
La escritora piensa que si no acepta el premio y lo dice se convertirá en una soberbia que insulta al podio precedente. Si no lo acepta y calla, nadie agradecerá tanta rectitud porque ni siquiera sabrán que existe
Una policía democrática no debería dejarse capitalizar por intereses de ultraderechistas pseudo-obrerizados y procuraría cumplir con las recomendaciones del Consejo de Europa
Aún no puedo creer esto que nos ha sucedido ni sé medir la dimensión de esta pérdida, pero estoy segura de que a ella le habría gustado vernos felices
El hombre que mea en su bidón se comporta más cívicamente que algunos pagadores de impuestos que se quejan de la proximidad de una narcosala
En ‘La noche de plomo’, Hans Henny Jahnn se adentra en territorios de crecimiento y acabamiento, del amor a la muerte y del sueño a la locura
Sin conocimientos ni memoria ―sin sintaxis― las posibilidades de comunicación se retrotraen a estados prehumanos. Se pierden sentido crítico y sentido del humor
Esta batería de preguntas gira en torno a tres cuestiones: ¿Tiene usted conciencia de clase?, ¿es usted interclasista?, ¿las dos preguntas anteriores son incompatibles?
En morfología hablamos del valor del diminutivo y su aplicación, ideológicamente delatora, hacia mujeres que se atreven a pensar: marisabidilla, listita
Pertenecer a la iglesia algorítmica nos ayudará, con sus tutoriales, a construir la casa cuando surquemos el océano para fundar un nuevo mundo tecnológicamente confesional
La casa ha adquirido una dimensión extraordinaria durante el confinamiento: es extensión de nuestro cuerpo que, a la intemperie, no duraría ni un segundo
Hemos llegado a cumplir unos años y nos aferramos al sistema público de salud como clavo ardiendo para mantener la salud propiamente dicha, pero también la dignidad
Marina Closs reúne en ‘Tres truenos’ las historias de tres mujeres contadas por ellas mismas contra las convenciones sociales, sexuales y lingüísticas
Admiramos las aventuras de Isabel en Estados Unidos, como ‘Tintín en el Congo’, como ‘Astérix en Hispania’. Su aura se expande con efecto ultramarino
Me realizo mientras me desintegro. Me dejo la piel. Soy una bomba de relojería programada con el chip del desarrollismo franquista y el liberalismo global
Ante la vuelta al cole y la necesidad de un pacto de Estado en educación, propongo el siguiente temario alternativo; con él hay acuerdo, fijo
La escritora Marta Sanz reflexiona sobre la percepción social de la práctica de la interrupción del embarazo en la historia y cómo esta ha sido contada en los libros desde diferentes puntos de vista
El negacionismo es un ‘afirmacionismo’ de confesionalidad, individualismo, insolidaridad, desencanto, descrédito del diálogo y la política
Teresa Ribera tiene un papelón. Es lógico que se ponga triste cuando las empresas cumplen sus objetivos ―ganar pasta― sin nada de esa empatía social de la que hablan los anuncios
El tuit de Macarena Olona es irrespetuoso, odioso, inculto, falso. Pero da cuenta de una atmósfera en que libertad de expresión se confunde con libertad de mentir
Las mujeres que aún no han cumplido 55 años, pero son mayores de 50, acumulan todos los números para salir disparadas en un ERE como la increíble mujer bala
Lo obsceno es apalear a un perro, desahuciar, permitir no vacunarse al libérrimo personal de una residencia geriátrica, prostituir a una niña, mantener en el código penal el delito de escarnio de confesión religiosa, aguar la leche
El ‘hágalo usted mismo’ y el síndrome de Ikea, aplicados a enfermedades desatendidas por una precarizada sanidad pública, arrasan en las playas españolas
Nos golpean los rigores de estar en el lado chungo de las brechas de desigualdad y echamos el bofe para suturarlas. Menos mal que no somos negras