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Reportaje:PROPUESTAS

En la playa con Paris Hilton

Un adolescente diseña un mapa de las estrellas para Los Hamptons neoyorquinos

Guillermo Abril

Carter Glatt, de 16 años, relata con naturalidad aquella vez en que se encontró con Paris Hilton en la playa de Flying Point. Como si nada, el muchacho le presentó a su abuelo a la heredera del imperio hotelero. Al parecer, un encontronazo así debe de ser de lo más habitual al Este de Long Island (Nueva York). En este lugar conocido como Los Hamptons, una franja costera a 130 kilómetros de la Gran Manzana, se aglutina un conglomerado de localidades de aire tranquilo y pasado pesquero en las que suelen veranear los neoyorquinos desahogados y un sinfín de famosos estadounidenses. Una mansión aquí, otra allá, muchas piscinas, campos de golf y pistas de tenis. Por esto mismo, y también por un viaje a Los Ángeles, Carter Glatt, un adolescente que vive y estudia en Manhattan, ha dado con las claves de un negocio prometedor con algo tan sencillo como un mapa. Un mapa de las estrellas.

Lo primero, el viaje. El año pasado, este hijo de un gestor de fondos de capital riesgo aprovechó una semana de vacaciones para cruzar con su familia a la costa Oeste. Paseando por Hollywood encontraron "el típico mapa" que detalla las residencias más lujosas de actores, cineastas y demás celebrities. Se hicieron un pequeño tour al volante, y a Carter se le encendió la bombilla. Porque desde niño había pasado los veranos rodeado de eminencias tanto o más conocidas que aquellas, pero en la costa Este, en Los Hamptons. El resto ha sido Internet. El chaval neoyorquino se enganchó durante seis meses al ADSL, buscando y confirmando la ubicación exacta de los habitantes más populares de la zona. "Toda la información que encontré es pública", dice, "está al alcance de cualquiera. Sólo hay que ponerse a buscarla".

A muchas de las celebridades ya se las había encontrado: a la Hilton en la playa, igual que a Mel Brooks; a Hugh Grant, durante una comida; a Sarah Jessica Parker, en la celebración de un acto benéfico. Y así, su mapa incluye 67 estrellas, todas de renombre. "Quería evitar a gente como al actor Bob Hope, que aparecía en el mapa aquel de Hollywood. ¿Y quién es Bob Hope? Quiero decir, que podría ser un tipo relevante hace años, pero a mí ni me sonaba. He querido hacer un mapa relevante para mí. Con gente como el rapero Puff Daddy. Y tan preciso como pudiera". Los domicilios que no pudo confirmar se cayeron de la lista. Y la idea, asegura, es ir actualizándola cada año, para que nadie compre el mapa y se pregunte, llegado el momento: "¿Quién es Calvin Klein?".

Su plan original fue venderlo en tiendas de la zona. Con el diseño plegable terminado, imprimió dos mil copias y se fue con ellas bajo el brazo, de comercio en comercio. Pero se encontró con la suspicacia de los tenderos. Uno: era un crío. Y dos: ningún comerciante sería tan necio como para vender un mapa que comprometiera la intimidad de clientes habituales de la talla de, pongamos, Steven Spielberg, que veranea en la zona de East Hampton. Así que el chaval volvió a sumergirse en las aguas de Internet. Vendería el producto online. Sin gastos en publicidad, las visitas a su página www.hamptonstarmap.com comenzaron por goteo. Con el verano, el ritmo diario alcanzó el centenar, y el mapa comenzó a venderse poco a poco. Desde noviembre, cuando su historia apareció publicada en el prestigioso semanario The New Yorker, recibe unas 800 visitas diarias de personas de todo el mundo. Carter asegura que por el momento ha vendido entre 400 y 500 copias de su mapa de las estrellas, a un precio de 7,95 dólares (5,55 euros) más gastos de envío; y el sobre llega a casa con la dirección escrita de su puño y letra.

El ejemplar está cuidado. El mapa, en el anverso; las estrellas, con nombre, apellidos y dirección, en el reverso. Carter las ha dividido en cuatro categorías: moda, literatura, entretenimiento y finanzas. "Y lo bueno", añade, "es que también sirve para moverse por los alrededores. Además, he detallado clubes nocturnos, playas y restaurantes". Puntos calientes que suelen frecuentar los rostros de moda, como el Blue Parrot, de cocina tex-mex (33A Main Street, East Hampton), un local que permaneció cerrado durante cuatro años y que reabrió gracias a la inversión de algunos socios de prestigio, como la actriz Renée Zellwegger y el cantante Jon Bon Jovi.

La ex casa de Madoff

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Pero entre las joyas de la corona, en el apartado de finanzas, se encuentra la ya ex casa del mayor timador de la historia de Estados Unidos, Bernard Madoff, que, por cierto, era vecino de Robert De Niro, Ralph Lauren y el escritor Edward Albee, hacia el final de la carretera de Montauk, en primera línea de playa, poco antes de llegar al lago. Una residencia humilde para los estándares de la zona (cuatro dormitorios), pero "con vistas impresionantes al océano Atlántico", según contaba un periodista de CNNmoney.com que logró colarse en su interior. Después de ser condenado a 150 años por estafar unos 35.000 millones de euros a sus clientes, la residencia le fue expropiada. "Se vendió hace poco", comenta Carter Glatt. Al parecer, por encima del precio de catálogo, que rondaba los seis millones de euros. "Supongo que tendré que quitarla del mapa el año que viene", dice el chico. O no. Pasará algún tiempo hasta que la gente pasee por allí, observe la humilde mansión y se pregunte: "¿Madoff? ¿Quién era ese tal Madoff?".

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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