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Reportaje:RUTAS URBANAS

Pasión por las antigüedades

Objetos de toda índole en los mercados de París

El regateo y la búsqueda de objetos raros es el deporte nacional francés, y no el ciclismo. André Breton y los surrealistas andaban ya a la pesca de objetos 'lamentables, perversos' por el mercado de Saint Ouen, al norte de París.

Las Pulgas es la institución parisiense por excelencia. Los tres mercados de las Pulgas (Saint Ouen, Montreuil, Vanves) aparecieron en el siglo XIX, a las puertas de París, en la llamada zona. Edith Piaf, nacida en un portal de Belleville en la más completa miseria, hizo su debut como cantante en Chez Louisette, en el mercado de Saint Ouen. Y es que, con la aparición de las típicas guinguettes (merenderos), enseguida se puso de moda hacer negocios.

El mercado de Montreuil es mi favorito. La llegada por metro en fin de semana conlleva todo un ritual encantador. A medida que nos acercamos al este, la población de color aumenta, los olores cambian y el colorido se satura. Mujeres vestidas con túnicas alegres y niños en bandolera, jovencitos en traje marrón que se limpian los dientes con ramas de sauce o que escupen alegremente raíces de jengibre. El mercado crece a la sombra de una autopista desolada, entre puestos de churros y merguez (salchichas árabes). Hay estudiantes en busca de vajilla vieja o de trastos con los que amueblar los cuartos de servicio que alquilan sobre los grandes bulevares y amas de casa ajetreadas. Desde que las revistas y las estrellas de la pantalla han puesto de moda el vintage, modelos, actores, cineastas, diseñadores y pijos de toda índole pelean para encontrar joyas escondidas, antiguos modelos impecables de Balenciaga o de Courrèges, sombreros de fin de siglo o bolsos de Louis Vuitton y de Dior.

En Montreuil (pero también en Clignancourt y en Vanves) conviven varias cosmovisiones contrapuestas. Frente al refinamiento parisiense del Distrito 17, que busca prendas retro o porcelanas antiguas, están los magrebíes en zapatillas que improvisan puestecillos con objetos domésticos y humorísticos, botes abiertos de pasta de dientes, relojes rotos, ensaladeras de plástico, zapatos desparejados y a veces escarpines y bolsos de los años cincuenta.

Un ucranio vende los collares de ámbar de su difunta esposa mientras apura un pastís o un vino tinto. Y en medio de este laberinto de cosas de segunda mano se abre de pronto paso la voz de un imam desde alguna mezquita lejana que recita, puestos islámicos perfumados de esencia de jazmín donde un pío bigotudo se niega a vender a los infieles sus libros y cintas del Corán. En Montreuil cohabitan, en total promiscuidad, faros de coche de cualquier marca, neumáticos, destornilladores, perfumes de imitación, cristalerías, muebles antiguos y modernos. Pida

unas patatas fritas con mostaza o siéntese en la terraza del bistrot El Gallego Fatigué.

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El estilo del mercado de Saint Ouen o Clignancourt (se extiende entre ambas puertas) es un poco diferente, quizá más caro. Mucho más grande y más antiguo, el 'mayor mercado de antigüedades del mundo' contiene una enorme diversidad de mercancía nueva y de segunda mano. En la llegada a Clignancourt abundan los puestecillos con lotes de calcetines y vaqueros de marca o deportivos Nike. Este dédalo recuerda a los mercadillos norteafricanos, con sus imitaciones, su ropa colgada y su música rai que vibran a través del cielo encapotado como presagios. Clignancourt es también un buen lugar para la picaresca. Abundan los carteristas y los timadores. Grupos de guiris se reúnen en torno a cajas de cartón donde un fullero revuelve tres cartas.

Pero el verdadero conocedor combina el regateo en las Pulgas tradicionales (los viernes, a primera hora si es posible) con los frecuentes paseos por los mercados de barrio (sólo cierran el lunes), sólo durante la mañana (de 7.30 a 13.00 horas). Entre ellos hay que destacar el mercado de la Rue d'Aligre, uno de los más baratos de París, pequeño oasis cosmopolita, donde los puestos de fruta y verdura se combinan con tenderetes de antigüedades, sellos, libros, objetos artísticos, saris y chilabas a un precio popular. Los turistas no han descubierto aún Aligre, por eso los precios siguen siendo razonables.

El mercado del Barrio Latino

Para los amantes de los quesos se encuentra el excelente mercado de frutas y verduras de La Bastille, en el bulevar de Richard Lenoir (abierto los jueves y los domingos todo el día), y el pintoresco mercado de la Rue Mouffetard, en pleno Barrio Latino, detrás del Panteón, donde compraban Ernest Hemingway y Josephine Baker (abierto martes, jueves y sábados hasta tarde). En Mouffetard deambulan aún los fantasmas del escritor Antoine Blondin o de Cioran, vecinos del barrio. Mouffetard sigue siendo, a pesar de la invasión turística, zona de filósofos arruinados y estudiantes de la Sorbona.

Los mercados especializados del centro de París constituyen una curiosidad. Es el caso, por ejemplo, del mercado de los pájaros (Quai de la Megisserie 75004; abierto todos los días), del mercado de los sellos (Rond-Point Champs Elysées 75008; jueves, sábados, domingos y festivos) y de los mercados de las flores (Île de la Cité 75004, Place de la Madeleine 75008, Place des Ternes 75017; abiertos de martes a sábado).

El mercado de los libros es otro asunto. Situado en la plaza de Georges Brassens de la Rue Brancion, cerca de la Porte de Vanves, es un paraíso para lectores impenitentes, aficionados a los libros antiguos y de ocasión. Abre sólo los fines de semana y se aconseja llegar pronto porque los entendidos madrugan y arrasan con las mejores piezas.

París es también un paraíso de la ropa de segunda mano. Hay dos mercados de ropa barata, no necesariamente de segunda mano, el del Carreau du Temple (abierto todos los días de 9.00 a 19.00) y el de Mouton-Duvernet (abierto los martes, viernes y domingos de 10.00 a 17.30).

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos

Población: París y sus alrededores tienen 10,6 millones de habitantes. Prefijo telefónico: 0033.

Cómo ir

- Air Europa (902 40 15 01; www.air-europa.com). Vuelos diarios de Madrid a París. Ida y vuelta, 165 euros (por Internet) y 245 (por teléfono), más tasas. - Iberia (902 40 05 00). Vuelos diarios desde Madrid y Barcelona a París. 220 euros con tasas (reservar con 30 días de antelación).

Dormir

- Grupo Accor (902 46 47 47). Central de reservas de hoteles de dos a cinco estrellas en París. La habitación doble, desde 70 euros. - Grupo Envergure (904 204 204). Central hotelera de reservas de París.

Comer

- www.pariscope.fr es un buen sitio para consultar restaurantes de moda, de cocina de distintos países y precios.

Más información

- www.les-puces.com. - Maison de la France en Madrid (906 34 36 38 y www.franceguide.com). - www.paris-touristoffice.com.

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