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Reportaje:24 HORAS EN... ALICANTE

Empinada, marina y fiestera

Alicante se moja los pies en el Mediterráneo. De la playa del Postiguet al barrio antiguo, una ciudad con mil planes, desde comer marisco en el puerto hasta trasnochar en el polígono a ritmo 'dance'

Convertida por la tradición en una ciudad de vacaciones para el español medio, Alicante va mucho más lejos. Es un foco de atracción para jóvenes europeos, para bohemios enamorados del casco antiguo, para humanos variopintos que conciben lo urbano bajo el olor a mar. Difícil imaginar un lujo más asequible que una playa bañando el mismo corazón de la ciudad. O un casco histórico lleno de bares con encanto a un paso de las embarcaciones.

Las obras en el puerto para la pasada vuelta al mundo de regatas Volvo Ocean Race -que volverá a zarpar de aquí en 2011- sirvieron para crear una zona comercial, pero la verdadera hipnosis que desprende la ciudad está en su esencia: accesible, internacional y con una temperatura siempre amable (algo que se ha agradecido en este crudo invierno). Una joya que supera todos los tópicos de costa y el folclor de las hogueras de San Juan.

9.30 Arena y desayuno

La ciudad es pródiga en playas, escogemos la del Postiguet (1) porque moja las entrañas de la ciudad, algo que choca con la rutina metropolitana. Tras refrescarnos con los lametones de sus aguas en cualquier día del año, saltamos hacia La Explanada, paseo labrado con más de 6.500.000 teselas -piezas de mosaico-, y reforzado con heladerías y quioscos. Entre otras edificaciones advertimos la Casa Carbonell (2), construida entre 1922 y 1925, ligada a la bonanza que los industriales textiles del cercano Alcoi gozaron en la Primera Guerra Mundial. Y para tomar algo rápido en un entorno menos burgués, dos espacios: el lounge Sperantto (3) (playa del Postiguet, bajo del hotel Meliá; 965 21 74 88) y el bar económico de comida rápida global Polidoro (4) (San Fernando, 19, esquina Rambla; 965 14 58 71).

11.00 Ascensor al castillo

Llegar hasta el castillo de Santa Bárbara (5) (de 10.00 a 20.00) es una prueba eficaz para eliminar toda caloría, si es que el desayuno ha sido copioso. En la cumbre del monte Benacantil, a 166 metros, reluce la gran fortaleza medieval. Desde arriba se domina la bahía de Alicante. Para quienes se asusten, hay que decir que la subida se puede hacer en un ascensor (de 10.00 a 19.30) excavado en la roca frente a la playa del Postiguet (o bien a pie o en coche por una carretera convencional).

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Desde la playa se percibe en la montaña del castillo el perfil de un rostro humano: la Cara del Moro. Junto a la muralla que baja desde el castillo, en la ladera del monte Benacantil, tenemos el barrio de Santa Cruz (6), sus empinados recodos y su luminosa ermita del siglo XVIII, que es desde donde desfilan las procesiones de Semana Santa.

14.00 Comer en el puerto

Un paseo por el muelle de Levante, con su marina deportiva de yates y veleros, resulta relajante y sugestivo, sobre todo por ver cómo está incardinado con la vida cotidiana en la ciudad. Podemos encontrarnos de bruces con la psicodélica fachada del Casino Mediterráneo (7) (www.casinomediterraneo.es), embadurnada de bombillas que representan supuestas formas de llamas y fuego. Merodeamos por la llamada zona Volvo, el espacio destinado a salida de regatas: un mediodía de sábado sólo hay carpas inertes. Pronto vemos bares de copas -karaoke incluido- y restaurantes. Si nos da por comer frente al mar, tenemos dos opciones en el Muelle de Levante (8). Aceptable resulta La Brújula (965 20 20 93), donde hay packs dobles de parrillada de pescado y marisco que pueden resultar apropiados cuando se va con compañía. Si se quiere el mayor nivel en arroces y manjar marino, destaca el vecino Dársena (965 20 73 99).

17.00 Museo premiado

La tarde puede ser un buen momento para acercarnos al reconocido Marq (9) (Museo Arqueológico Provincial de Alicante; plaza del Doctor Gómez Ulla, s/ n; 965 14 90 00; www.marqalicante.com). El Marq fue premiado como mejor museo en 2004 por el European Museum Forum. Abarca desde el paleolítico hasta la modernidad, sin perder de vista las referencias locales, y en los últimos tiempos ha destacado por su apuesta extrema por el didactismo audiovisual y la tecnología.

Si traemos coche, podemos irnos a pasear por el relajante y vasto campus de la Universidad de Alicante (10) (en Sant Vicent del Raspeig), o ver los exteriores -el acceso es restringido- de los estudios Ciudad de la Luz (11), en el paraje de Aguamarga, una apuesta política para que se ruede aquí todo el cine posible (como la próxima de Álex de la Iglesia, Balada triste de trompeta).

19.30 Sentir 'el barrio'

Volvamos ahora a calles empinadas para degustar el serpenteante casco antiguo, conocido como el barrio. Es apabullante la cantidad de hostales, restaurantes, bares, tabernas, miniclubes, tiendas con encanto y todo tipo de establecimientos que hay en lo que para muchos es el alma de la ciudad. Imposible resistirse a todo lo que contiene la calle Labradores -con palacetes del siglo XVIII de grandes zaguanes- y a la sencilla belleza de la concatedral de San Nicolás (12),que comenzó a construirse en el siglo XVII (plaza del Abad Penalva, 1; 965 21 26 62; www.concatedralalicante.es). A pocos pasos, galerías de arte, como Aural (13) (Labradores, 17; www.auralgaleria.com), recientemente reabierta, o, en el número 14 de la misma calle, el Centro 14 (965 14 96 66; www.centro14.com), sede de la concejalía de Juventud, con su propia sala de exposiciones.

22.00 Cena, baile y cama

En el barrio se puede cenar cualquier cosa a un precio razonable. Tapas asturianas en La Sidrería Escondida (15) (plaza de San Cristóbal, 8; 965 20 31 93) o comida italiana muy acertada en Bruno Caruso (16) (Miguel Soler, 10; 965 21 50 70; www.brunocaruso.com). Luego, para tés selectos o licores, Havana Barrio (17) (Labradores, 5; 965 20 80 02), un local decorado a lo high tech que trastoca los sentidos. Cuando llega la hora, las opciones para bailar son múltiples. Si se gusta más del pop, Stereo (18) (Pintor Velázquez, 5); si se quiere dance, Mint (19) (Polígono Babel; www.mintclubs.es). Y ya para dormir la batalla, el epatante Meliá Alicante (20) (plaza del Puerto, 3; 965 20 50 00; www.meliaalicante.com) ofrece habitaciones a buen precio con vistas increíbles sobre el Postiguet, playa alfa y omega para este día intenso.

Más propuestas e información en la Guía de la Comunidad Valenciana

Vista de la bahía de Alicante desde el castillo de Santa Bárbara
Vista de la bahía de Alicante desde el castillo de Santa BárbaraPEPE OLIVARES
Vídeo: CANAL VIAJAR
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