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Un kilómetro de arena en el mar

Entre playas con nota, la costa de Huelva alberga rincones como El Rompido, un pueblo semi perdido y perfilado por el río Piedras, donde hay que echarse al agua para descubrir su secreto: una intrigante flecha de arena que se adentra en el mar

En el trayecto de Islantilla a El Rompido, el taxista local revela la clave de este pequeño rincón: "si no pisas el freno, te lo pasas de largo". Y es que El Rompido, en Huelva, frente al Atlántico, es uno de esos pueblos donde aunque la población se multiplique en verano, el tiempo parece haberse detenido y la vida comienza cada día a media mañana, cuando aprieta ese calor que solo puede sofocar una cerveza a pie de playa. O un vaso de rebujito.

Paisaje de tiempo roto

El Rompido no es en sí una playa, sino que coincide con la desembocadura del río Piedras. Un paseo por este asentamiento pesquero descubre que, a pesar de haber tenido un importante impulso turístico, conserva su encanto tradicional con casas bajas y calles coquetas donde su gente vive de cara al mar.

Frente al área de fondeo para embarcaciones, una punta arenosa conocida como la Flecha, se introduce en el Atlántico protegiendo un paraje solo accesible en barca. El trayecto de ida y vuelta (cuatro euros) se puede realizar en una embarcación con capacidad para unos 20 viajeros y, como al ambiente sureño no le suele faltar música, el patrón recibe a los tripulantes con la radio en la que suena flamenco. En la travesía, además, a nadie se le escapa que El Rompido es un buen lugar para el activismo náutico: windsurf, vela, submarinismo, natación...

Al bajar del barco, un pasillo de madera conduce al otro lado de la lengua de tierra donde, sin preaviso, se abre un enorme arenal de un kilómetro, virgen, sin ningún servicio turístico que obliga a los que planean un día playero a llevar el bocadillo en la mochila. Entre dunas y vegetación desértica, solo se halla una caseta de hippies que han encontrado en la zona su retiro de la vida común, además de algún pescador que madruga para faenar.

» Guía de Turismo y Ocio del Ayuntamiento de Cartaya

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¿Boquerones o calamares de campo?

El taxista, al que no es fácil coger su acento de interior, se sorprende cuando alguien le pide una carrera hasta El Rompido. Su trayecto habitual para turistas está más orientado a la oferta de bares, compras, golf y hoteles, incentivos viajeros que encontrar en lugares como Islantilla. Hasta llegar allí, el camino hacia el este pasa, a lo largo de unos 24 kilómetros, por los genuinos pueblos sureños de Cartaya y Lepe, el de los chistes. La playa urbana de Islantilla (www.turismohuelva.org), a pesar de estar concurrida, no se sobrecarga, pues en sus 1.600 metros de arena fina blanca los tramos de fácil acceso con todos los servicios dejan espacio para otras zonas más privadas, incluso nudistas.

Sus primitivos chiringuitos de playa han evolucionado hasta locales en toda regla: bares de cañas y pubs con karaoke, o el primer local que inauguraron los fundadores andaluces de la conocida cadena de franquicias de los 100 Montaditos. En estas mesas con vistas al mar, disfrutar del tapeo sureño es un lujo asequible que plantea la controvertida decisión de acompañar el refresco con pescaíto frito o los típicos calamares de campo, unas tiras de verduras rebozadas con harina fina al estilo de la tempura japonesa que, al pasarlas por la sartén, se retuercen como los tentáculos de un pulpo.

Paseando por el litoral, se puede acceder a Islantilla desde los arenales vecinos, ya que se encadenan unos con otros. A unos ocho kilómetros, Punta del Caimán es otro paraje para tomar el sol. De menor tamaño, entre los términos de Isla Cristina y Ayamonte, esta playa se asoma al paraje natural de las Marismas de Isla Cristina en el estuario del Carreras y no tiene nada que envidiarle a la costa de Portugal.

Al otro lado del río, para rematar el bronceado, otros dos puntos con arenales de sobresaliente dan la bienvenida a los viajeros, aunque para acceder a ellos hay que tomar la carretera que bordea la zona del delta. A poco más de 21 kilómetros, Isla Canela y, al lado, la Punta del Moral (www.turismohuelva.org), son áreas muy turísticas con puertos deportivos, paseos marítimos y zonas para ejercitarse.

Un oasis tropical en la Costa de la Luz

Después de una jornada de baño, cuando apetece una ducha de agua dulce, el Puerto Antilla Grand Hotel, situado en primera línea de playa de la costa onubense, es un establecimiento privilegiado, con 400 habitaciones de las que 106 son suites. Cuenta con una oferta de servicios e instalaciones para todos los públicos, pensadas sobre todo para el turismo en familia, con un miniclub y una piscina exterior para niños. También hay un área comercial y una zona de baño en forma de lago donde el paisaje recreado hace que darse un chapuzón recuerde a las tranquilas aguas tropicales.

Nada más entrar, los jardines aportan la frescura necesaria para hacer frente a un caluroso día. La pasión por la naturaleza se refleja en la multitud de plantas, enredaderas, palmeras de más de diez metros de altura, olivos junto a las zonas comunes y flores que recorren, incluso, los pasillos exteriores que dan paso a las piscinas, con especies tropicales y mediterráneas en las que refugiarse a la sombra.

Con el clima benévolo de la costa, es fácil encontrar un hueco para practicar actividades complementarias o deportes náuticos. Golf y sol comparten protagonismo en una zona con más de tres mil horas de sol al año que presume de tener algunos de los mejores campos de golf del Sur de Europa. En Puerto Antilla Grand Hotel, relajarse va de la mano de un partido de pádel o unos largos en sus piscinas, una de ellas climatizada, para después ponerse a punto en el gimnasio o pasar por el área de spa y beauty center, de más de mil metros cuadrados, con cabinas de masaje y tratamientos de belleza.

Para complementar el plan, la rica gastronomía local ocupa un lugar destacado en este establecimiento como demuestran sus tres restaurantes, uno de ellos bar piscina, con espectaculares vistas al Atlántico, el lugar ideal para tomar un cóctel al caer la tarde.

» www.puertoantilla.com

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El embarcadero de El Rompido, reflejo de su tradición marinera
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