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Rutas arquitectónicas

En el bosque, la Casa de Cristal

La Glass House de Philip Johnson, cerca de Nueva York, le sirvió al arquitecto como escaparate de su mediática trayectoria

La Casa de Cristal, de 1949, inspirada en la Casa Farnsworth, de Mies van der Rohe. Muchos críticos consideran que Philip Johnson plagió el proyecto de su maestro.
La Casa de Cristal, de 1949, inspirada en la Casa Farnsworth, de Mies van der Rohe. Muchos críticos consideran que Philip Johnson plagió el proyecto de su maestro.Stacy Bass

Cada año, del 1 de mayo hasta al 30 de noviembre, la Glass House (casa de cristal) de Philip Johnson se abre para recibir la visita de grupos reducidos. A 45 minutos en tren desde Nueva York, la casa es un hito de la arquitectura. Hay proyectos que parecen aglutinar una época. Construcciones que son un reflejo de estructuras sociales complejas donde lo visible compite con lo que no es tan evidente. La Glass House de Philip Johnson es uno de esos casos.

JAVIER BELLOSO

Situada en New Canaan, Connecticut, el trayecto en tren desde Grand Central (la estación central de Nueva York) evoca un momento en el que vivir en Manhattan no era tan deseado como hacerlo en las afueras. Subimos hacia el Norte dejando atrás la densidad urbanística para adentrarnos en los frondosos bosques de Nueva Inglaterra, donde poblaciones como New Canaan eran vistas como remansos de paz. La parcela de la Glass House ocupa una superficie de casi veinte hectáreas con diversos edificios y paisajes. A lo largo de medio siglo, Johnson fue añadiendo los diferentes pabellones que articulan un espacio híbrido donde las visitas de amigos se confundían con las de sus clientes (la obra final era casi un show room), donde los diferentes estilos se sucedían para configurar un catálogo de aproximaciones arquitectónicas de buena parte del siglo XX.

Todo comenzó en 1945, cuando, tras haber pasado parte de su juventud viajando por el mundo para visitar a arquitectos como Le Corbusier o Gropius (y de paso coquetear en Alemania con los nazis), decide comprar un terreno de dos hectáreas en New Canaan. Primero construiría la Glass House, una vivienda cuyos muros son de cristal, casi un reality televisivo donde poder observar la cotidianeidad del arquitecto. Por supuesto, la privacidad de esta casa, lo mismo que la de su modelo original (la Villa Farnsworth de Mies van der Rohe), quedaba garantizada por la amplia parcela donde estaba situada, alejada de cualquier mirada indiscreta. Pero la rápida difusión de la vivienda en las revistas y programas televisivos, así como en reportajes de moda donde se reflejaban las fiestas que Johnson daba con frecuencia, la convirtieron en un escenario mediático donde la construcción era solo un punto más en la larga lista de debates que parecía provocar.

Interior de la Casa de Cristal, con el mobiliario de Mies van der Rohe.
Interior de la Casa de Cristal, con el mobiliario de Mies van der Rohe.Eirik Johnson

Rico heredero

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Y es que desde que el padre de Philip Johnson le dejase en herencia unas acciones de la Aluminium Corporation of America (cuyo valor se disparó con los años), su riqueza económica le permitió no solo poner en práctica algunas de sus ideas en arquitectura, sino también entrar en un ámbito social de artistas, políticos, empresarios y famosos. No hay más que ver su agenda (disponible en el centro de visitantes de New Canaan), en cuyas fichas se mezclan los nombres de Andy Warhol, Mies van der Rohe, Jackie Onassis o los Rockefeller, todos ellos invitados a sus famosas fiestas.

Tras la Glass House decidió construir el pabellón de invitados o Casa de Ladrillo, casi un reflejo exacto de la anterior, pero con muros ciegos. Un lugar en el que la decoración de paneles móviles con celosías, la moqueta y las luces tamizadas pretendían configurar un interior intemporal. En 1955 se construyó la piscina circular, y a partir de este momento Johnson fue adquiriendo una a una las fincas vecinas, modulando el paisaje a su gusto, generando una postal idílica donde cada árbol forma parte de un plan global (Johnson se comunicaba con los jardineros a través de walkie-talkies para organizar las talas y así obtener su vista perfecta), salpicado por construcciones como el lago artificial y su pabellón, influido por los arcos del Lincoln Center neoyorquino.

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Poco a poco, su paisaje se convirtió en un inmenso plató donde no sólo recibía a sus amigos junto a su pareja, David Whitney (juntos desde 1960 y hasta la muerte de ambos en 1995), sino donde pasaba a homenajearles: la moqueta del estudio realizada por Robert Venturi y Denise Scott-Brown, la Ghost House (casa fantasma) de alambre en referencia a Frank Gehry, la instalación de Donald Judd, las obras de Stella, Schnabel y muchos más en las galerías de pintura y escultura, o la torre en homenaje al bailarín Lincoln Kirstein. Al mismo tiempo, configuró otros espacios, como la mastodóntica entrada en 1980 (casi un Richard Serra), el edificio Da Monsta de 1995 (con influencias paramétricas) o las rehabilitaciones de las típicas casas de Nueva Inglaterra de la finca. Todas ellas articulan un espacio para mostrarse, para habitar y para generar una arquitectura capaz de ampliar los debates disciplinarios.

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