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Ración de ‘gildas’ en San Sebastián

'Pintxos' en la parte vieja, estrellas en el María Cristina, vistas desde el Monte Igueldo o un mojito en La Consentida. Un día en el festival de cine

'Pintxos' en una taberna del barrio de Gros, en San Sebastián.
'Pintxos' en una taberna del barrio de Gros, en San Sebastián. Dallas Stribley

San Sebastián brilla estos días de forma especial durante la celebración de la 62 edición de su prestigioso festival internacional de cine. Proponemos pasar un día en la ciudad donostiarra combinando los lugares clave para disfrutar del ambiente de esta glamourosa cita.

Durante estos días, lo primero es lo primero: comprar lo antes posible tus entradas para alguna de las sesiones. Generalmente se agotan con bastante rapidez, así que en lugar de esperar hasta el último momento, es recomendable consultar la cartelera festivalera y reservar. El segundo paso necesario, dejarse caer por la entrada del hotel María Cristina, donde se alojan, entre otros, los premios Donostia de este año: Denzel Washington y Benicio del Toro. Con un poco de suerte, lograrás ver a alguno de ellos o a otros artistas de los que acuden a la cita. Esta zona es un hervidero de gente entrando y saliendo por lo que si el objetivo es lograr el autógrafo de tu actor favorito, hacer guardia aquí es la mejor opción. Inmersos de lleno en ese ambiente, lo mejor que puede hacerse es dedicar lo que queda de mañana a pasear tranquilamente por la parte vieja de la ciudad y degustar, con calma y deleite, sus famosos pintxos.

Por la tarde, las opciones se diversifican. Para aquellos que visiten por primera vez la ciudad o cuya breve estancia limite las posibilidades turísticas, hay dos pistas casi obligadas: darse paseo por la Concha, símbolo donostiarra, y subir al Monte Igueldo en su famoso funicular y cambiar la perspectiva; una forma rápida y agradable para contemplar y llevarte la mejor foto de San Sebastián.

Sala de la extensión del museo de San Telmo, en San Sebastian, proyectada por el estudio de arquitectos Nieto Sobejano.
Sala de la extensión del museo de San Telmo, en San Sebastian, proyectada por el estudio de arquitectos Nieto Sobejano.Paul Raftery

Con más tiempo, la oferta cultural invita a visitar alguno de los museos de la ciudad. En la misma parte vieja, por ejemplo, el museo San Telmo, uno de los más bonitos, independientemente de la exposición que haya en cada momento. Quienes viaje con niños, y sin alejarnos de esta zona, el Aquarium garantiza un entretenida tarde para los más pequeños.

Conforme la tarde avanza hay que acercarse al barrio de Gros, donde se mueve todo el ambiente del Zinemaldia: entrar en La Consentida a tomar uno de sus famosos mojitos o visitar el Bar Ondarra para tomar una copa. Ambos se encuentran en la zona de Zurriola, frente al Kursaal. Si hay ganas de picar algo, muy cerquita se encuentra La Bodega Donostiarra, donde hay que pedir uno de sus famosos completos. Si quedan fuerzas para disfrutar de la noche, siempre hay movimiento y ambiente en sitios como Bataplán o La Rotonda, en el paseo de La Concha. Por norma general, en ambas discotecas se celebran la grandes fiestas del festival.

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