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Malasia investiga si hay autoridades implicadas en el tráfico de personas

Empiezan a exhumar las 139 fosas comunes halladas junto a campos usados por las mafias

Un equipo de la policía forense malasia excava una fosa descubierta en las colinas Wang Burma al norte del país.
Un equipo de la policía forense malasia excava una fosa descubierta en las colinas Wang Burma al norte del país. FAZRY ISMAIL (EFE)

Malasia investiga la implicación de las autoridades locales en el tráfico de personas tras encontrarse 28 campamentos clandestinos con 139 fosas en el norte del país. "Tenemos la sospecha de que algunos de ellos [participaban en el traslado de indocumentados]", dijo el ministro de Interior, Ahmad Zahid Hamidi. “Nuestras investigaciones muestran que [las redes] están colaborando entre sí, no sólo con la gente local, sino que también tienen vínculos internacionales con Tailandia, Bangladesh y Birmania", afirmó según declaraciones recogidas por la prensa local. A principios de este mes, el Ministerio negó la existencia de campamentos y fosas comunes en el lado malasio de su frontera con Tailandia.

Este martes se han iniciado la exhumación de los restos humanos hallados en las fosas, para determinar si los cadáveres encontrados pertenecen a rohingyas o bangladesíes víctimas de las redes. Aún se desconoce el número exacto de cadáveres que pueden estar enterrados. Un cadáver encontrado en avanzado estado de descomposición y otros restos hallados en uno de estos campamentos —empleado, al parecer, por las mafias para ocultar o confinar a los inmigrantes durante su traslado—  indicarían que fue abandonado por los traficantes de forma precipitada hace pocas semanas. "Todavía no hemos constatado el sexo de la persona fallecida, pero pensamos que pudo haber muerto hace tres o cuatro semanas", señaló el director del departamento de Seguridad Interna y Orden Público, Muhamad Fuad Abu Zarim.

Una bangladesí de la minoría rohingya con su bebé en un campo de refugiados en Birmania.
Una bangladesí de la minoría rohingya con su bebé en un campo de refugiados en Birmania.NYUNT WIN (EFE)

Las autoridades creen que los cadáveres pertenecen a bangladesíes que huyen de la pobreza y a personas de la minoría rohingya, que escapan de la persecución en Birmania donde se les deniega la ciudadanía desde 1982, cuando se aprobó una ley diseñada prácticamente para excluirlos. Los rohingya, de fe musulmana en un país mayoritariamente budista, no están incluidos en la lista de 135 grupos étnicos oficialmente reconocidos por el Gobierno y son catalogados como inmigrantes irregulares procedentes de Bangladesh, donde tampoco se les reconoce.

La selva del sur de Tailandia y el norte de Malasia ha sido una importante ruta para las redes de tráfico de inmigrantes. Miles de refugiados rohingya e inmigrantes bangladesíes se han puesto durante años en manos de traficantes de personas para que los llevaran en barcos a Malasia a través de Tailandia. En el camino eran retenidos en campos a la espera de un rescate de las familias para poder liberarlos. Tailandia y Malasia no han firmado la convención internacional que les obligaría a dar asilo a refugiados. En Malasia, de mayoría musulmana, sin embargo, hay una comunidad que les ayuda a pagar el dinero del rescate y encontrar un trabajo.

Unas 25.000 personas zarparon en barcos desde Bangladesh y Birmania durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo del año pasado, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Una crisis migratoria en el Sudeste Asiático que los responsables de los 17 países más afectados debatirán este viernes en Bangkok.

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