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Para muchos es el pueblo medieval mejor conservado de Europa. Por culpa de la guerra. Sí, de la de los Treinta Años (1618-1648), tras la cual el pueblo quedó postrado, y nunca más sucedió en el cosa alguna de importancia. Por eso quedó así, detenido, olvidado, intacto: un milagro. ¿Qué ver allí? Todo. Desde murallas, torres y puertas a la Marktplatz (plaza del mercado, que nosotros llamamos plaza mayor), con el Ayuntamiento y casas de entramado visto, fuentes, iglesias (sobre todo la de Santiago o St. Jakob, con tallas del gran escultor del siglo XVI Tilman Riemenschneider), museos... Entre estos, el de juguetes es uno de los mejores de Alemania. Su mundo fantástico se ve arropado por la mayor tienda de adornos navideños de Alemania, el mundo mágico de Käthe Wolfahrt. 'Gaststätte' y 'Weinkeller' (restaurantes populares) de cálidas maderas sacan a la acera sus veladores, e invitan a recobrar fuerzas con el 'Gedeckt' (plato del día), o con alguna de las solemnes salchichas bávaras que, por tamaño y contundencia, son una comida completa.
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Los pueblos más bonitos de Alemania

De Baviera a la isla de Sylt, 25 pequeñas localidades con encanto medieval, a orillas de lagos y ríos o con casas pintadas

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