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El corazón verde de Nueva York

Desde paseos en góndola hasta circuitos para 'runners', ocho claves para explorar y disfrutar al máximo de Central Park

Vistas de Central Park desde el Top of the Rock, mirador del Rockefeller Center, en Manhattan (Nueva York).
Vistas de Central Park desde el Top of the Rock, mirador del Rockefeller Center, en Manhattan (Nueva York).Sergey Borisov/istock

Paseos literarios, circuitos de running, jardines europeos, bosques, paseos en góndola o en bicicleta, observatorios de aves, un homenaje a John Lennon, castillos con vistas y hasta pingüinos y leones marinos. En Central Park, el jardín particular de los neoyorquinos (y visitantes de paso) hay de todo.

Con multitud de apariciones en películas y series de televisión, Central Park es una de las visitas obligadas para todo el que pasa por Nueva York. Lleno de paseantes, corredores, curiosos y personajes típicos, aporta la necesaria pausa para viajeros y residentes en medio de la vorágine de Manhattan.

Con más de tres kilómetros cuadrados de prados, estanques y bosques, se podría pensar que este parque representa lo que era Manhattan en su estado puro, en su origen. Pues no. Diseñado a mediados del siglo XIX por Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux, es el resultado de un ingente trabajo de ingeniería: miles de obreros transportaron millones de cargas de tierra para transformar un terreno cenagoso y rocoso en el oasis actual.

Al adentrarnos en él hay paradas imprescindibles –pasear por The Mall, navegar o hacer un picnic junto al estanque central (Reservoir), relajarse entre flores en el Conservatory Garden o visitar el Zoo–, pero las posibilidades del parque van mucho más allá. El colmo de la extravagancia: ir a Sheep Meadow, uno de los prados del parque, un día soleado, cuando todo el mundo toma el sol.

01 Un poco de historia

Vista del 'skyline' neoyorquino desde Central Park.
Vista del 'skyline' neoyorquino desde Central Park.Lady-Photo/istock

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El parche verde rectangular que hoy ocupa el pleno corazón de Manhattan era un pedazo de terreno pantanoso hasta mediados del siglo XIX, cuando fue cuidadosamente nivelado para convertirlo en el idílico parque que nos encontramos hoy. Antes de la década de 1850 la zona estaba ocupada por granjas, un vertedero, un hervidero de huesos y un poblado afroamericano. Hicieron falta 20.000 peones y dos décadas para transformar aquella inane parcela en tan icónico parque, que actualmente cuenta con más de 24.000 árboles y 500 metros cuadrados de bosque, 21 zonas de recreo y siete reservas de agua. Recibe más de 38 millones de visitas al año.

Central Park ha servido para todo. Para que los ricos presumieran de sus carruajes; para que los pobres disfrutaran de conciertos dominicales gratuitos y para que los activistas se manifestaran en contra de la Guerra de Vietnam en los años sesenta. Desde su creación, multitud de neoyorquinos, además de viajeros procedentes de todos los rincones del planeta, acuden al parque para pasear, hacer un picnic, tomar el sol, jugar al béisbol o asistir a, por ejemplo, representaciones de obras de Shakespeare.

Ha sido, irremediablemente, escenario de rodaje en centenares de películas, desde éxitos de la época de la depresión como Vampiresas (1933), Mervyn LeRoy, hasta el ataque de un monstruo del tamaño de un rascacielos en Monstruoso (2008), de Matt Reeves.

02 Homenaje a Lennon

Monumento en honor a John Lennon en Central Park, en Nueva York.
Monumento en honor a John Lennon en Central Park, en Nueva York.Blaine Harrington III/Corbis

Strawberry Fields, jardín con forma de lágrima, es un monumento en honor a John Lennon, Beattle e icono pacifista en los 70, quien fue asesinado al otro lado de la calle, a las puertas del edificio Dakota, el 8 de diciembre de 1980. Cuenta con una arboleda de olmos y un mosaico de azulejos con una sencilla inscripción: “Imagine”. Yoko Ono financió el monumento, cuyo nombre se inspira en la canción Strawberry Fields forever, publicada como single a principios de 1967 –Penny Lane era la cara A– e incluida a finales de ese mismo año en el disco Magical Mystery Tour, lanzado en Estados Unidos.

03 Aires parisinos

La fuente Bethesda, en Central Park (Nueva York).
La fuente Bethesda, en Central Park (Nueva York).Bo Zaunders/Corbis

Los pasajes arqueados de la Bethesda Terrace, coronada por la fuente de Bethesda, son un punto de encuentro habitual entre los neoyorquinos. Rematada por el Ángel de las aguas, la fuente es una de las más grandes de Nueva York y fue creada por la bohemia escultora feminista Emma Stebbins, en 1868. Al sur se encuentra el Mall, un paseo cubierto por viejos olmos cuyo tramo sur, conocido como Literay Walk (Paseo Literario), está flanqueado por estatuas de escritores famosos. De estilo parisino, es, curiosamente, la única senda recta de todo el parque y rinde honores a artistas como Robert Burns o Shakespeare.

04 El zoo de Central Park

Un leopardo de las nieves en el zoo de Central Park, en Nueva York.
Un leopardo de las nieves en el zoo de Central Park, en Nueva York.Susan Watts/Getty

Su nombre real es Central Park Wildlife Center, aunque nadie lo llama así. En este pequeño zoo viven leopardos de las nieves, ranas punta de flecha y pandas rojos. Los tanques de los leones marinos y los pingüinos son un hervidero de curiosos cuando los cuidadores alimentan a los animales. El anexo Tisch Children’s Zoo, con sus alpacas y cabras nubias, es un plan con niños perfecto en Nueva York.

05 Conservatory Water y alrededores

Veleros en miniatura en Conservatory Water, en Central Park.
Veleros en miniatura en Conservatory Water, en Central Park.vivalapenler/istock

Al norte del zoo, a la altura de la calle 74, la deriva mece a barcos de vela en miniatura sobre las aguas de Conservatory Water mientras los niños trepan a una Alicia del País de las Maravillas sentada sobre una seta gigante. En verano, los sábados por la mañana (11.00, de junio a septiembre) hay cuentacuentos junto a la estatua de Hans Christian Andersen, al oeste del estanque. Es uno de los puntos más populares del parque durante los meses cálidos, cuando los niños hacen navegar sus pequeños veleros por él. Su diseño se inspiró en los estanques para maquetas de barcos parisinos del siglo XIX y aparece en Stuart Little, clásico infantil de E.B. White.

06 Shakespeare y un castillo

Neoyorquinos tomando el sol frente a Belvedere Castle, en Central Park.
Neoyorquinos tomando el sol frente a Belvedere Castle, en Central Park.Robinson Becquart/istock

Great Lawn es un inmenso prado color esmeralda situado en el centro del parque y rodeado por campos de béisbol y plátanos que dan sombra; Simon & Garfunkel dieron aquí su famoso concierto en 1981.

Al sureste se halla el Delacorte Theater (entrada por la calle 81 oeste), donde se celebra el festival anual Shakespeare in the Park, y el Belvedere Castle, un observatorio de pájaros. Este castillo de estilo neorrománico-neogótico, conocido como el disparate victoriano, no es más que un mirador. Espectacular, eso sí. Fue construido por uno de los diseñadores de Central Park en 1869.

Más al sur, se halla la frondosa Ramble (en mitad del parque), popular destino de ornitólogos y legendaria zona de ligoteo gay. En el extremo sureste se encuentra Loeb Boathouse, un restaurante junto al agua donde también se pueden alquilar barcas de remos y bicicletas, e incluso dar un paseo en una góndola veneciana. Es uno de los mejores escenarios de la ciudad para un almuerzo idílico.

07 Un gran lago para corredores

Cerezos en flor junto al Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir, en Central Park.
Cerezos en flor junto al Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir, en Central Park.Andria Patino/Corbis

El Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir es un enorme embalse de 42 hectáreas que ocupa casi todo el ancho del parque a la altura de la calle 90 y ofrece un espléndido reflejo de la silueta de la ciudad. Está rodeado por un circuito de 2,5 kilómetros que atrae a hordas de runners neoyorquinos. No muy lejos, en la esquina de la 90 con la Quinta Avenida se encuentra la estatua de Fred Lebow, fundador del Maratón de Nueva York, mirando su reloj.

08 Remanso de paz

Estatua de Frances Hodgson Burnett en un estanque del Conservatory Garden, en Central Park.
Estatua de Frances Hodgson Burnett en un estanque del Conservatory Garden, en Central Park.Carol M. Highsmith/Getty

Accesible desde la esquina de la calle 105 con la Quinta Avenida, los 24.000 metros cuadrados de Conservatory Garden constituyen una de las zonas más tranquilas del parque. Es el único jardín formal de Central Park y, posiblemente, el menos visitado. Además es precioso, con manzanos silvestres, serpenteantes bojs y, en primavera, montones de flores. En el extremo norte, los crisantemos florecen a finales de octubre y, hacia el sur, el mayor manzano silvestre del parque crece junto a la fuente Burnett.

Al oeste, en North Woods, en el lado oeste (entre las calles 106 y 110) podemos contemplar el edificio más antiguo del parque: la Blockhouse, una fortificación militar de la guerra angloamericana de 1812.

Cómo visitar el parque

Abierto al público entre las 6.00 y la 1.00 de la madrugada, la Central Park Conservancy, ONG encargada del cuidado del parque, organiza circuitos a pie, gratuitos y personalizados.

Para más información: www.lonelyplanet.es y en la guía Lonely Planet de Nueva York.

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