_
_
_
_
_

Senderismo con vistas en Valencia

Bosques de alcornoques, ruinas romanas y un monasterio para un retiro espiritual en la Sierra Calderona, a unos 30 kilómetros de la ciudad

Vista de la Mola de Segart, en el parque natural de la Sierra Calderona, en Valencia.
Vista de la Mola de Segart, en el parque natural de la Sierra Calderona, en Valencia.I. Rodrigo

Valencia huele a Lisboa. Uno llega a percibirlo cuando alguien le cuenta –casi siempre dejando caer el dato en medio de una conversación cualquiera– que existe un sendero que une la capital portuguesa y Puzol, municipio situado a escasos 20 kilómetros de la ciudad mediterránea. A través del GR-10, dos regiones tocadas por la sal de las aguas marinas quedan hermanadas en una unión secreta que sorprende quienes la descubren.

Si algún caminante ha completado alguna vez los 1.600 kilómetros de senda es algo que desconocemos, pero muchos otros sí han disfrutado de sus primeros tramos en la Comunidad Valenciana o de otras rutas que, como ésta, discurren total o parcialmente por el parque natural de la Sierra Calderona. Sus parajes, habitados por pinos blancos y alcornoques, se expanden entre las provincias de Valencia y Castellón, y reúnen algunos municipios interiores donde disfrutar de tranquilos y encantadores veranos, como Serra, Segart u Olocau.

El parque, a pesar de su proximidad a ambas poblaciones, se mantiene virgen en su esencia y se abre al senderista anhelante de reencontrar una naturaleza que rezuma historia y costumbres propias. A la paz de los caminos de la Sierra Calderona contribuyen las panorámicas que coronan ascensos pedregosos, las moras salvajes que aparecen sin previo aviso o las águilas furtivas cuyos cantos retumban en el azul y espacioso vacío celeste.

Vistas desde la cima del pico Garbí, en la Sierra Calderona (Valencia).
Vistas desde la cima del pico Garbí, en la Sierra Calderona (Valencia).I. Rodrigo

Uno de los rincones más frecuentados es la mola de Segart, montaña así bautizada por su semejanza a la muela –aunque, en realidad, muela en valenciano se dice queixal-. Un vértice geodésico nos saluda en la cima. El mirador del pico Garbí merece una mención aparte. También cercano a Segart, regala a quien lo escala unas vistas de 365 grados, mar incluido. Podemos alcanzarlo sin grandes esfuerzos desde el oeste, partiendo desde Estivella o Serra, o emprendiendo la marcha en los límites de la Sierra Calderona, desde Puzol, Sagunto o Gilet.

La multiplicidad de senderos es un reflejo del carácter poliédrico del parque. En general, las rutas tienen una dificultad media o baja, apta para niños, en bicicleta o también para grupos numerosos. Los recorridos se adentran en valles, pueblos y llanuras de infinito alcance, y encuentran en su camino fuentes, merenderos y sombras en las que almorzar y protegerse del sol que casi siempre reina en la zona.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

El visitante de la costa levantina agradecerá una pausa urbana para conocer el parque natural de la Sierra Calderona. Alcanzarlo no es complicado: basta con conducir hasta cualquiera de los municipios que lo integran y empezar a caminar –las sendas están correctamente señalizadas-.

Más información
Navegando la Albufera
Valencia termal
Merendola de horchata
¡Que te come el megaterio!

Hay trenes de cercanías que conectan Valencia con localidades como Gilet, Estivella y Sagunto, ciudad de fundación romana con especial interés para el viajero: su casco antiguo y el Teatro Romano –rehabilitado hace unos años, no sin cierta polémica– merecen una visita vespertina.

Si el ansia senderista nos lleva a dedicar varias jornadas al parque, el monasterio de Santo Espíritu, en Gilet, está siempre abierto a huéspedes en un ambiente de espiritualidad y contacto con el entorno. Hace apenas dos meses, su cafetería ha sido reabierta al público con una acogedora decoración y unos menús muy en sintonía con la tierra que la rodea: carnes a la piedra, arroces valencianos y tartas caseras a base de recetas de la zona, que calman con, buen gusto, el hambre del peregrino que regresa de una travesía intensa en colores, brillos y nuevas sensaciones naturales.

Más planes interesantes para una escapada a Valencia pinchando aquí

{ "active": true, "code": "187529", "elementType": "offerExtension", "id": 14, "name": "VALENCIA", "service": "tripadvisor" }

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_