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24 horas en... Aberdeen

Césped por doquier

En la escocesa Aberdeen, las botas de agua Hunter y los ositos de peluche ‘vintage’ conviven con sabrosas variedades de la gastronomía local como la ‘cullen skink’, sopa de pescado ahumado y patata

La costa de Aberdeen, en Escocia (Reino Unido).
La costa de Aberdeen, en Escocia (Reino Unido). Oscar Wong

Muy al norte de Escocia se encuentra Aberdeen. Recatada y modesta como una damisela tímida, logra que nos encariñemos con ella si sabemos ver más allá de su fama de ciudad gris —debida en parte al color de su cielo y a sus fachadas de granito—, pues es amigable con los visitantes y un paraíso para los amantes del pescado.

10.00 Desayuno escocés

Tras desayunar un auténtico Scots breakfast con su correspondiente haggis en el popular pub Ma Cameron’s (1), sobran energías para un paseo por la cercana arteria Union Street. Al ver pasar a los viandantes, intuimos que Aberdeen es una de las ciudades donde se concentra la mayor cantidad de cabelleras teñidas de fucsia o azul turquesa del planeta, y enseguida comprendemos el porqué: los llamativos tintes muestran el deseo de los ciudadanos de destacar ante la monocromía del paisaje urbano.

javier belloso

Ya que estamos en Union Street, es visita obligada la Kirk of Saint Nicholas (2), una iglesia medieval de estilo normando y sobriedad protestante. A pocos metros, sobre Castle Street, el museo de la antigua prisión The Tolbooth (3) (abierto de mayo a agosto; de martes a sábado, de 10.00 a 16.00; domingos, de 12.30 a 15.30) nos muestra de modo muy realista —almas sensibles, abstenerse— las formas de tortura practicadas en un pasado no tan lejano.

11.00 Petróleo y prosperidad

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La visita al Maritime Museum (4) (de martes a sábado, de 10.00 a 17.00; domingos, de 12.00 a 15.00) es necesaria: todo lo que siempre quiso saber sobre el mar del Norte y nunca se atrevió a preguntar se lo responderán allí. Sonará empollón, pero es de verdad interesante aprender mil detalles sobre el universo del petróleo, que tanto ha hecho prosperar a esta ciudad: en 1961, un 39% de la población de Aberdeen no tenía baño privado en casa y ahora en Aberdeen se pagan los sueldos más altos de Escocia.

13.00 Un restaurante de capricho

Nuestra avidez de sabor local nos llevará a pie a Footdee (5), también llamada Fittie, aldea tradicional de pescadores donde la idea de “lugar con encanto” cobra sentido. Para darse un capricho, allí se encuentra The Silver Darling (Pocra Quay, North Pier; menú por 23 libras), seleccionado por The Times como uno de los 10 mejores restaurantes de pescado de Reino Unido. Para una comida como Dios manda, el menú debería incluir la sabrosísima sopa local cullen skink,de pescado ahumado y patata.

14.30 El campus universitario

El edificio de la biblioteca de la universidad de la ciudad escocesa de Aberdeen, obra del estudio Schmidt Hammer Lassen.
El edificio de la biblioteca de la universidad de la ciudad escocesa de Aberdeen, obra del estudio Schmidt Hammer Lassen.

A diez minutos en autobús o media hora de paseo desde el centro se encuentra Old Aberdeen (6), una de las zonas más antiguas de la ciudad, que alberga el campus de la Universidad de Aberdeen. Poco tiene que envidiar a Oxford o Cambridge, con su adoquinado ancestral, sus edificios góticos y su césped por doquier. Merece la pena darse un paseo por sus callecitas, tomarse algo en algún animado café de la zona —especialmente el Kilau (57, High Street), siempre abarrotado de estudiantes— o acercarse a la fabulosa biblioteca Sir Duncan Rice, un amplísimo espacio inaugurado por la reina Isabel en 2012. Y no hay que olvidarse de la cercana catedral de Saint Machar (7), con sus arcos ojivales y su alto techo de artesonado de madera que quita el hipo.

16.00 Contra el frío espiritual

Hora de comprar productos genuinamente escoceses, que no han de tener por fuerza estampado de cuadros. En Country Ways (8) (117, Holburn Street), por ejemplo, conocen todos los trucos para mantener los pies calientes: la bota de agua Hunter en todas sus variantes está presente en sus escaparates, así como calcetines gordos de calidad. Más cosas para combatir el frío, pero esta vez espiritual: en Silly Bears (9) (13, Marischal Street) se venden todo tipo de ositos de peluche vintage y también fabricados por artesanos contemporáneos. Con sus caras entre tristonas y extremadamente amigables, es difícil no caer en la tentación de llevarse alguno a casa. Otros regalos made in Scotland se encuentran en Juniper (10) (35, Belmont Street).

17.00 Un sillón de orejas

Más que un té, es buena hora para beberse unas ales artesanas en uno de los pubs más acogedores de Aberdeen, el Old Blackfriars (11) (52, Castle Street), con su correspondiente alfombra de estampado tartán. Las mesas están numeradas, y si bien resulta difícil elegir cuál preferimos, la número 7, con su sillón de orejas, es idónea para quien vaya acompañado solamente por un libro gordo o un kindle. Y los jueves tocan folk escocés a las nueve de la noche. Otra opción es acudir a alguno de los dos bares de vodkas de la animada Belmont Street (12): Revolution y Wodka Bar.

20.00 Ración para ballenas

En Escocia también se emite MasterChef, y, por tanto, como ha ocurrido también en el resto de la isla, ya se deja ver —y saborear— desde hace años el orgullo hacia los buenos ingredientes y recetas locales. En el restaurante Howies (13) (50, Chapel Street) lo tienen claro. Sin ir más lejos, el tradicional y algo denostado haggis se transforma aquí en una finura, prima hermana de la mejor morcilla, servida elegantemente sobre lecho de puré de chirivía y calabaza. Otra opción para la cena, igualmente sabrosa, es The Ashvale (14) (42-48, Great Western Road), el restaurante de fish and chips más premiado de Reino Unido y que permanece abierto hasta las once de la noche. Dejando a un lado lo poco práctico de tener una moqueta color verde en un restaurante donde sirven comida rebozada y frita que a veces se cae al suelo, resulta divertido disfrutar de su ambiente familiar campechano y atreverse con la porción llamada Whale (ballena): si logras comértela enterita, te sirven otra gratis.

22.00 Un DJ en el púlpito

Es el momento idóneo para sumergirse en la oscuridad de una de las muchísimas iglesias reconvertidas en bares de copas que han surgido en Aberdeen. En plena Union Street se encuentra Soul (15) (333, Union Street), con su púlpito de madera desde donde el DJ de la casa se posiciona como nuevo predicador. Slains Castle (16) (14-18, Belmont Street), con sus mazmorras de pega y telarañas, es un buen sitio al que acudir a ver espectáculos de burlesque antes de acabar el día yéndonos a dormir a algún simpático bed and breakfastde los muchos que hay repartidos por la ciudad.

» Mercedes Cebrián es autora de La nueva taxidermia.

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