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Trío eurasiático

Georgia, Armenia y Azerbaiyán se presentan en Fitur como destinos emergentes con mucho que ofrecer al viajero

El centro cultural Heydar Aliyev de Baku (Azerbaiyán), proyectado por la arquitecta Zaha Hadid.
El centro cultural Heydar Aliyev de Baku (Azerbaiyán), proyectado por la arquitecta Zaha Hadid.Hufton and Crow

En la actual edición de Fitur contrasta la ausencia de países europeos de tanto peso como Francia, Reino Unido, Holanda, Suiza, Irlanda... y la presencia abultada de países eurasiáticos: metidos geográficamente en Asia, pero con talante y vocación europeos.

Una iglesia en Georgia.
Una iglesia en Georgia.

Por ejemplo: Georgia, que acude a Fitur por sexto año. Un país al abrigo de las montañas del Cáucaso y que a pesar de estar en la orilla oriental del Mar Negro, ostenta un cierto carácter mediterráneo. Un país además de profundas raíces cristianas, cuyas catedrales, iglesias y monasterios pueden tener más de mil años (como la catedral de Bagrati o el monasterio de Gelati) y dibujan con sus torres cilíndricas y cúpulas el perfil más característico del horizonte georgiano. Tbilisi, la apacible capital en plena ruta de la seda (Tiflis) ha cambiado el desfile de caravanas por un ritmo acelerado y mestizo. Desde allí se puede proseguir la antigua ruta por ciudades como Miskheta, Gori y Kutasi hasta las playas del Mar Negro y las impresionantes cuevas naturales, algunas habitadas desde época pre cristiana (más información en www.georgia.travel y www.enjoyingspain.com).

Al sur de Georgia, Armenia, un territorio más chico, de tres millones de habitantes, acentúa el carácter cristiano de sus costumbres y paisajes. Aunque su historia se remonta al mítico reino de Urartu (Aralar), hace 3000 años. Escenario de muchos episodios y vaivenes de la llamada civilización occidental, el conjunto de ciudades, iglesias y monasterios (algunos patrimonio de la Unesco) es sencillamente apabullante (www.armeniatour.com)

Al este de Georgia y Armenia, Azerbaiyán asoma su fachada oriental al Mar Caspio. Allí se encuentra su capital, Bakú, que en el pasado reciente llegó a ser una de las capitales más aburguesadas y europeístas. En la actualidad, y gracias a los petrodólares, está creciendo al lado de la antigua urbe una Nueva Bakú donde los más afamados arquitectos del planeta levantan torres de cristal de líneas fascinantes. Los moradores de Azerbaiyán tienen los ojos rasgados, pero se sienten muy europeos. De hecho van a organizar los primeros Juegos Olímpicos Europeos, el año próximo, y Bakú será la Capital Europea de la Juventud en 2016.

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