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‘Relais’ compostelano

A QUINTA DA AUGA, una fábrica de papel del siglo XVIII a orillas del Sar

El jardín de entrada del hotel A Quinta da Auga, a las afueras de Santiago de Compostela.
El jardín de entrada del hotel A Quinta da Auga, a las afueras de Santiago de Compostela.

Si la idea es alojarse en Santiago de Compostela, pero lejos del casco histórico y sus hitos peregrinos, hay que tomar la carretera a Muros y detenerse en el cruce de Laraño. El camino es sinuoso y prometedor. El recorrido acaba con una bajada pronunciada donde un remanso boscoso del Sar acoge varios edificios de piedra de más de dos siglos que fueron una fábrica de papel. Se supone que ahí abajo está la quinta que buscamos, bajo el reclamo de un lujoso relais & châteaux, pero el acceso no aparece señalizado con la elegancia prescrita por la marca del lis. Cuesta dar de noche con la recepción, pues los puntos de luz llevan al spa, justo enfrente.

Puntuación: 7,5
Arquitectura7
Decoración6
Estado de conservación8
Confortabilidad habitaciones8
Aseos7
Ambiente7
Desayuno8
Atención8
Tranquilildad8
Instalaciones7

Lo romántico aguarda dentro, salvada una fachada de arriates inspirada en aquellas que ambientan la Europa rural y aristocrática. A tono con el sello R&C, los interiores se abrigan de largos cortinajes de raso, apliques de tela fruncida, muebles notables de madera, retratos al óleo y un sinfín de detalles barrocos que las propietarias, madre e hija, defienden con pasión. Madrileña de pura cepa y arquitecta, Luisa García Gil vive aquí con su hija, Luisa Lorenzo. Ambas tienen la lupa puesta en los detalles y las manos abiertas a la conversación con sus huéspedes.

Las habitaciones fluyen por un ala del edificio según lo esperado: lámparas de araña, escribanías imperiales, sillones Chester, alfombras persas o de por ahí, cuadritos nobles colgados de los sillares. La mayoría con vistas al bosque y al río. Solo las afean el sistema antirrobo de las perchas en el armario, impropio de un hotelito relais & châteaux, así como el encendido de los pasillos por detección de presencia que apenas permite la circulación durante escasos segundos.

'Spa' del hotel A Quinta da Auga.
'Spa' del hotel A Quinta da Auga.

A primera hora de la mañana, el servicio se prodiga en explicaciones sobre el funcionamiento de la máquina de café, en lugar de servirlo directamente en mesa. Pero la calidad de los desayunos está muy por encima de lo habitual: pan gallego y bica, mermeladas de inspiración francesa, quesos de la tierra y zumo recién exprimido. Aún mejor se presenta la cena, a cargo del chef Federico López Arcay.

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Si la llegada dio la pista, la despedida pasa por el edificio iluminado de enfrente, donde el azul pide un chapuzón de una hora bajo los chorros potentes del circuito de aguas. Masajes por delante y por detrás, desde arriba y desde abajo, para finalizar durante diez minutos en el flotarium con sales del Mar Muerto.

A Quinta da Agua

Categoría: cinco estrellas. Dirección: paseo da Amaia, 23B. Urbanización Brandia. Santiago de Compostela. Teléfono: 981 53 46 36. Web: www.aquintadaauga.com. Instalaciones: spa, hammam, sauna y flotarium con productos Dulkamara Bamboo, restaurante. Habitaciones: 44 dobles, 1 suite; todas con TV digital, wifi gratis, minibar. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, animales prohibidos. Precios: desde 134 la doble con desayuno.

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