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Búscame ahí

Felices en el faro de las galletas

El faro de Alnes, en la isla de Godoya, que ha guiado a los pescadores de bacalao que faenan en la costa oeste de Noruega desde 1876, se puede visitar de mayo a octubre

Isidoro Merino
El faro de Alnes, en la isla noruega de Godoya.
El faro de Alnes, en la isla noruega de Godoya. Gonzalo Azumendi

Desde 1876, el faro de Alnes, en la isla de Godoya, ha guiado a los pescadores de bacalao que faenan en la costa oeste de Noruega. En 1982, su mecanismo fue automatizado y se puede visitar de mayo a octubre. Hoy, la torre alberga un pequeño museo, y la casa del farero ha sido convertida en sala de exposiciones con tienda de recuerdos y un pequeño café donde Linn Astrid Fjortoft Johnsen (en la foto), una de las dos cuidadoras del faro, ofrece galletas y tartas caseras a los turistas. La isla, unida a tierra firme por un túnel, se encuentra a unos 30 minutos en coche de Alesund, pequeña ciudad de estilo art nouveauy ritmo apacible y marinero, donde hacen escala los barcos del expreso de la costa (Hurtigruten) y parten los cargamentos de bacalao noruego con rumbo a España y Portugal.

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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