Berlín: Conciertos en el salón de casa

El concierto de esta noche ocurre en la planta seis de un destartalado edificio berlinés de Neuköln. El sitio exacto no podemos revelarlo porque es secreto. Sí, es secreto; si lo contáramos, le estaríamos quitando parte de la magia a estas sesiones. Algunas de las cuatro bandas que tocan esta noche en Berlín lo harán mañana en Londres o en cualquiera de las 17 ciudades donde tienen lugar estas citas a las que no se puede asistir sin invitación.

“Hemos creado un movimiento global que reúne a los amantes de la música en una habitación secreta”, explica el equipo de Sofar Sounds, “queremos crear una atmósfera íntima y fascinante”. La 13ª sesión de Sofar Sounds Berlin tiene lugar en 40 metros cuadrados. Unas 50 personas se han hecho hueco en la cama, en el sofá o en el suelo. Otros, con más suerte, han ocupado la terraza. Hay cuatro micrófonos y tres cámaras; dos enormes focos iluminan el escenario, con espacio para dos sillas. Detrás, tres enormes cortinas para tapar los ventanales, una lámpara con pantalla de tela y flecos, y la foto en blanco y negro de alguna mujer antigua.

En esta gig (actuación) hay gente que tiene la suerte de repetir como público, hay nuevos fans del movimiento y personal de la industria musical. “No sabemos quiénes son, pero han venido”. La cantante y chelista española Teresa Bernabé, de Tibi & her Cello, se cruzó con Sofar en un café de Londres, y después de un año, ha recibido una invitación. Para ella, con un disco listo para salir pero aún sin discográfica, esta es una buena oportunidad para darse a conocer. “Este circuito ha sido muy importante para algunos compañeros”, cuenta. “Tocan bandas más o menos conocidas... ¡Sé que Amaral tocó en estos conciertos!”

La gente que ha tenido la suerte de asistir hoy a esta cita privada murmulla en alemán, inglés y español. Aplauden, piden la dirección web de los músicos y los añaden a sus smartphones y beben cerveza. Mientras, la vida sigue en este piso compartido. Se improvisan entrevistas en otras habitaciones y hay cola en el baño. En la cocina un grupo de personas cena y charla animadamente: “Espero que hoy acaben pronto, que mañana hay que trabajar”, comenta entre risas uno de los inquilinos, “estoy encantado de que estén aquí, pero que no se alarguen mucho”.

“Veo algunas caras conocidas entre el público”. Johannes, uno de los responsables de Sofar en Berlín, saluda a los asistentes. “Gracias a los nuevos por venir, quisiera recordar alguna de las normas, entre ellas, silencio absoluto cuando toquen los músicos. Podéis levantaros, si encontráis algún hueco, pero no se puede hablar, ¿alguna duda?”. El grupo que actúa primero es Tibi & her Cello. Tocarán cuatro canciones. Detrás de ellos actuarán Dolly & The Beans, Robin Sukroso y The Midnight Barbers.

Después de la virtuosa electrónica de Robin Sukroso, el público se ha levantado a bailar; la terraza cambia de inquilinos y la cocina se queda sin espacio para los botellines de cerveza, bionade y vino blanco. La sesión casi llega a la medianoche y ningún vecino ha subido a quejarse. No sorprende; en Alemania es costumbre avisar con una nota en el portal de que hay una fiesta programada y de que todos están invitados. Si quieres asistir a la próxima cita, atento, porque el siguiente espacio y programa también será secreto. Así que si te gusta el concepto, tienes dos opciones: apuntarte a la lista de invitados de Sofar Sounds, ¡o estar atento a las notas de tu escalera!

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