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VIAJEROS URBANOS

Un cine en Bremen en el que se puede comprar la butaca

Aunque está financiada por el Estado, City46 es una sala independiente que busca otras formas de captar fondos

En Bremen existe un espacio para el cine independiente. Y además, financiado por el Estado. En el City46 (Birkenstr, 1), el cine aún se considera una expresión artística, una declaración ideológica, un testimonio de las realidades sociales y un objeto de estudio.

Este cine Komunal nació como una asociación en 1971. Tras el famoso mayo del 68 y bajo la gran influencia de la Nouvelle Vague francesa, un grupo de entusiastas del séptimo arte quería abrir la puerta a una nueva cultura y crear un espacio para ese cine que no llegaba, ni llegaría, a las salas comerciales, dando cabida a nuevas expresiones artísticas y corrientes cinematográficas provenientes de Brasil, Europa del Este o la antigua URSS. Así, a través de ese nuevo cine se podrían mostrar distintos mundos y realidades.

En 1974 por fin abrió sus puertas el Kino46, en Walle, un barrio a las afueras de la ciudad, tras tres duros años buscando un espacio propio. En un principio los trabajadores del cine cumplían su tarea por amor al (séptimo) arte, mientras lo compaginaban con otros trabajos. Karl-Heinz Schmid, actual director de la sala, cuenta que sólo a partir de 1986 pudo dedicarse a esta labor de forma profesional. Esta dedicación se ha visto recompensada por la fidelidad de un público que, tras 18 años desplazándose a la periferia para poder disfrutar de este auténtico cine de autor, por fin puede hacerlo cómodamente en el centro de la ciudad, ya que hace aproximadamente un año Schmid y los suyos se mudaron a un antiguo cine comercial que cerró sus puertas. Desde entonces, la sala se llama City46.

El City46 está financiado por el Estado de Bremen, sin que esto suponga incidencia alguna en la programación. Los responsables del cine tienen total libertad para elegir las películas que se proyectan. Pese a este importante apoyo económico, cualquier donación es bienvenida. Todo el mundo puede colaborar y se buscan constantemente distintas maneras de financiación. Por ejemplo, cualquiera puede comprar una butaca durante un año por 250 euros. Así se ayuda al mantenimiento del cine y se puede asistir a todas las películas del año.

Esta sala colabora con las principales instituciones culturales de la ciudad y organiza todo tipo de ciclos temáticos y coloquios en torno a la gran pantalla: cortometrajes, cine independiente de la más exótica procedencia, ciclos sobre cine y enfermedad, cine y trabajo... Así no sólo se refleja la realidad social, sino también se proyecta el cine más intimista, controvertido y especial. Dentro de su programación también destacan pequeños conciertos-proyección con películas de cine mudo y música en directo, así como los días dedicados a las segundas oportunidades, esas películas estrenadas hace algunos meses que, si bien ya son demasiado populares para considerarse independientes, aún pueden ubicarse en la órbita de este tipo de producciones. Además, esta es la única sala de Bremen que proyecta sus películas en versión original.

A lo largo de su historia el City46 ha sido más que un cine: ha ofrecido exposiciones, conciertos, lecturas y programas experimentales. Por sus salas han pasado cientos de personajes nacionales e internacionales, pero su gran protagonista es su público, cuya vida no será jamás contará en la gran pantalla.

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