_
_
_
_
_
Beber

Una reina llamada ginebra

Ocho ginebras muy especiales y las tónicas que mejor las acompañan Y para el mejor 'gin-tonic', mucho hielo y piel de lima

Carlos Delgado

Es el aguardiente preferido por los españoles, uno de los mayores consumidores de ginebra del mundo, ingrediente básico en la combinación de moda, el gin-tonic, bebida versátil y agradecida como pocas, que avasalla en bares, restaurantes, discotecas... y en el propio hogar, por su facilidad de elaboración.

La piel de lima, ingrediente clave de un buen 'gin-tonic'.
La piel de lima, ingrediente clave de un buen 'gin-tonic'.Mike Kemp

Aunque se sabe que ya en el siglo XII monjes holandeses elaboraban un elixir parecido a la ginebra como medicina para combatir la peste bubónica, y que un siglo más tarde Jacob Van Damme habla de tónicos relacionados con la salud que incluían enebro, se sigue considerando al médico alemán Franciscus Sylvius Franz de le Boe (1614–1672), establecido en los Países Bajos, el primer elaborador de la bebida conocida como genever. De genever nacerá la ginebra, y Holanda será su primer fabricante industrial. Pero si a los holandeses cabe el mérito de su invención, debemos a Inglaterra su popularidad. A principios del siglo XIX, James Burrough crea una destilería en el pueblecito de Chelsea, la mundialmente famosa Beefeater. A él se debe la fórmula magistral de ginebra seca, que incluye en su elaboración del agua de Londres, por lo que ese tipo se conoce como London Dry, a la que añade distintos elementos botánicos.

A su vez, la feliz ocurrencia del alemán Jacob Schweppes de agregar quinina en la soda destinada a las tropas coloniales inglesas destacadas en la India, daría origen a la tónica, que los marinos mezclarían con ginebra. Nace el gin-tonic. Actualmente, su vertiginoso aumento del consumo ha propiciado la aparición de ginebras y tónicas con distintos aromas y sabores, ampliando las posibilidades combinatorias de la bebida. Pero siempre respetando algunos principios básicos: el vaso, ancho y corto; solo piel de lima, que estrujamos encima del vaso para obtener pequeñas micro gotitas aromáticas, !nunca zumo de limón¡; mucho hielo, hasta llenar el vaso, hecho con agua de mineralización débil en vez del grifo; la ginebra, en la proporción deseada: 1:1, 1:2, 1:3, 2:3...; finalmente, solo hay que llenar con la tónica el vaso hasta el borde, agitando levemente con cucharilla batidora, o el mango de una de café. Algunas ginebras aconsejan el uso de perejil, rodaja de pomelo y pepino, o su piel, para potenciar sus aromas más característicos.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Delgado
Periodista, escritor, y crítico enogastronómico. Premio Nacional de Gastronomía 2002. Es crítico enológico de EL PAÍS desde finales de los ochenta. En 1989 participó en la fundación de Slow Food, donde ha sido vicepresidente internacional y presidente nacional. Es autor de libros como 'El Libro del Vino' y 'El Libro de los Aguardientes y Licores'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_