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VAMOS A... FUERTEVENTURA

Entre dunas que llegaron de África

Desértico y magnético, el norte de Fuerteventura invita a la desconexión máxima entre playas de agua turquesa, un spa de lujo, dunas de fina arena africana y hasta una montaña mágica

Una carretera serpentea entre la nada. Resultan casi extrañas tantas curvas cuando el terreno colindante es, fundamentalmente, desértico. La Montaña Roja se levanta justo delante. Al rodearla, se pueden apreciar los chorretones de lava que dieron forma a sus robustas laderas. De repente, el paisaje cambia.

El árido color terroso muta en un amarillo blanquecino, cuando el asfalto se adentra en el municipio de La Oliva, norte de Fuerteventura, una de las islas menos llamativas, a simple vista, del archipiélago canario. Para muchos, aparte de surf -en cualquiera de sus variantes- poco tiene que ofrecer, pero cuando el oscuro contraste del pasado volcánico de la isla se recorta en el horizonte, las sensaciones cambian. Cinco argumentos y un hotel de ensueño para disfrutar de la isla majorera.

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01 Océano de arena frente al Atlántico

Resulta fascinante la fuerza hipnótica que el Parque Natural de las Dunas de Corralejo ejerce sobre el viajero, una llamativa franja de arenas fósiles y desérticas, que la clásica calima canaria transporta desde el cercano litoral africano.

El sosiego que se respira en este mar de dunas frente al Atlántico, cuyas caprichosas formas cambian diariamente a merced del viento, las ha convertido en una privilegiada área para la observación de aves, y oficialmente, en Zona Especial de Protección, para la conservación de especies silvestres.

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Declarada reserva natural por el gobierno canario en 1994, hay que perderse entre los kilómetros de playas de aguas turquesas que recuerdan al Caribe más fotogénico, y regalan buenas olas a los surfistas. Brisa, sol, la amplitud del océano y, sobre todo, silencio, paz y tranquilidad, para quien quiera alejarse de todo durante unos días.

02 Tres en raya en el mar

Carlos, gijonés que cambió el gris habitual de Asturias por la primavera eterna de Fuerteventura como marinero en un velero turístico, asegura que bajo el mar, la isla permanece unida a la cercana Lanzarote. Y entre ambas, la Isla de Lobos, que debe su nombre a la generosa colonia de focas monjes que la habitaba antiguamente, sirve de conexión bajo las aguas, mientras dibuja un suerte de tres en raya en superficie.

No hay vida sobre el seco terreno de este pequeño islote volcánico, salvo el reposo para las aves silvestres que han encontrado un refugio en su tranquilidad. Se puede llegar en velero al islote desde Fuerteventura, navegando por aguas cristalinas. Su atractivo color turquesa obliga prácticamente a fondear y disfrutar del snorkel. Los surfistas también merodean en torno a su rocoso litoral, pues cuentan aquí con buenas olas.

En tierra, algunas antiguas casas de pescadores recuerdan un pasado no tan lejano. Hoy se han convertido en un privilegiado refugio para sus propietarios, pues la legislación impide su alquiler o venta.

03 Entre lagos y acantilados

Carreteras serpenteantes a través del municipio de La Oliva conducen hasta la costa noroeste de Fuerteventura, justo al otro lado de la isla, donde la pequeña localidad de El Cotillo ofrece una variada oferta playera: Los Lagos a un lado, los acantilados al otro.

Desde lo alto de su faro, que acoge además el Museo de Pesca Tradicional, se pueden divisar las curiosas formaciones de Los Lagos de El Cotillo, una suerte de lagunas que se forman cuando la mar está baja, ofreciendo amplios remansos donde los aprendices del windsurf comienzan a negociar con la vela, a salvo de las olas atlánticas.

Hacia el sur, el litoral muta pasando de la sinuosidad de Los Lagos a los acantilados de El Cotillo, un rectilíneo contrapunto que ofrece largas playas como la Playa del Aljibe de la Cueva, o arenales menos transitados como la Playa del Águila, debido a su más costoso acceso.

04 Una montaña mágica

La montaña de Tindaya es uno de los espacios naturales más conocidos de la isla majorera, debido a su alto valor histórico y geológico: su resistente y áspera roca volcánica fue muy apreciada para la confección de piedras de molino (y molinas), y hoy lo es también para el sector inmobiliario.

Perteneciente al Parque Natural de las Dunas de Corralejo, esta zona arqueológica protegida mantiene la memoria prehistórica de la isla grabada en su roca (hay quien la tilda de mágica, e incluso sagrada). Los petroglifos podomorfos de tipo religioso de su cumbre, fueron descubiertos junto a antiguos utensilios domésticos y algunas construcciones funerarias.

Mágica o no, su estructura piramidal es objeto del proyecto del escultor vasco Eduardo Chillida, el Monumento Natural de Montaña de Tindaya, que contempla un vaciado parcial de su interior volcánico.

05 Arquitectura y cabras con pedigrí

Epicentro administrativo del norte de Fuerteventura, La Oliva conserva además el más importante legado de arquitectura tradicional majorera. De estilo mudéjar, la Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria, del siglo XVII, destaca por su torre de cantería oscura, que fue campanario, atalaya y vigía. La Casa de los Coroneles, ligada a la poderosa familia Cabrera-Bethencourt, es el mayor exponente de arquitectura civil y testigo de la lucha de poderes entre los dos grandes núcleos de la isla entonces: Betancuria y La Oliva. La Torre del Tostón, de tipo "quesera", rechazaba con artillería los ataques de los piratas, y es Monumento Histórico de Interés Cultural desde 1949.

Cerca de La Oliva, la Cooperativa Guriamen, que agrupa a ganaderos de la zona de Villaverde, mantiene viva otra de las grandes tradiciones de la isla: el queso de cabra, animal símbolo de la isla. Aquí se puede degustar una de las especialidades gastronómicas más típicas, junto a la propia planta de elaboración. El tamaño de la misma no debe llevar a engaño, ya que en apenas cuatro años de funcionamiento, la cooperativa ya cuenta con galardones en concursos de calidad nacionales e internacionales.

06 Un capricho para los sentidos

Con colores cálidos y arquitectura tradicional majorera, el Gran Hotel Atlantis Bahía Real rubrica, en Corralejo, la tranquilidad y desconexión que se respira en todo el norte de la isla. En primera línea de playa, apuesta por grandes espacios interiores, mucha luminosidad y arquitectura neomudéjar para su propuesta conceptual: un hotel de gran lujo (el único en Fuerteventura) para ser disfrutado con los cinco sentidos.

La tranquilidad que se respira en todo el recinto, cuidadosamente iluminado también al caer el sol, alcanza su máximo exponente al entrar en Bahía Vital, un lujoso spa ubicado dentro del hotel, y con vistas al océano. El cuidadoso tacto de su equipo de masajistas completa una delicada y efectiva terapia contra el más atroz de los estreses.

La gastronomía es el segundo pilar de este hotel, que ofrece hasta cinco propuestas diferentes: cocina japonesa en el Yamatori, delicias gourmet en La Cúpula, bajo la dirección del prestigioso chef Carles Gaig, dos ambientes en el Beach Club para degustar exquisitos arroces con vistas al Atlántico, o la apuesta más clásica del restaurante italiano Il Giardinetto. El quinto elemento es el cuidado y variado bufé de La Alacena Real, donde el desayuno se convierte en toda una experiencia para el paladar.

Las habitaciones, decoradas en diferentes estilos, completan el paraíso sensorial que propone este hotel. Perfectamente equipadas, sus terrazas, colgadas prácticamente sobre el Atlántico, permiten respirar el inconfundible aroma marino mientras se disfruta de inmejorables vistas a la Isla de Lobos. El musical oleaje oceánico que inunda la estancia es, además, la mejor invitación para un descanso de cinco estrellas.

Más propuestas e información en la Guía de Canarias

Vista del Parque Natural de las Dunas de Corralejo, en Fuerteventura
Vista del Parque Natural de las Dunas de Corralejo, en FuerteventuraJ. PASTOR
Mojones de roca volcánica frente al océano en Los Lagos de El Cotillo, Fuerteventura
Mojones de roca volcánica frente al océano en Los Lagos de El Cotillo, FuerteventuraJ. PASTOR
Spa 'Bahía Vital', con vistas al Atlántico, en el Gran Hotel Atlantis Bahía Real de Corralejo (Fuerteventura)
Spa 'Bahía Vital', con vistas al Atlántico, en el Gran Hotel Atlantis Bahía Real de Corralejo (Fuerteventura)

Guía

Cómo ir

Spanair cuenta con vuelos diarios a Fuerteventura desde Madrid. www.spanair.com

Visitas

- Casa de los Coroneles (Los Coroneles s/n, La Oliva).

- Castillo de El Tostón (Rico Roque s/n, El Cotillo).

- Cooperativa de Quesos Guriamen (Montañeta de Abajo s/n, Tindaya).

Dormir

- Gran Hotel Atlantis Bahía Real (Avda. Grandes Playas s/n, Corralejo) . Telf.: 928 536 444 - www.atlantishotels.com

Información

- Información Turística de Corralejo (Avda. Marítim, 2). Telf.: 928 866 235

- Turismo de El Cotillo (Paseo Rico Roque s/n, Torre de El Tostón).

- www.corralejograndesplayas.com

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