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De la vid a la copa

Vino, historia y cultura entre los campos de viñedos de la Ribera de Duero

La denominación Ribera de Duero, que toma el nombre de la región vinícola estrella de Castilla y León, presume hoy de unos vinos de calidad que la han situado a la vanguardia de los caldos españoles, con una acreditada proyección internacional.

Repartida entre las provincias de Valladolid, Burgos, Soria y Segovia, la unión de esta comarca con la cultura vinícola cuenta al menos con 2.000 años de historia. Esa es la antigüedad del mosaico romano hallado durante la vendimia de 1972 en la localidad burgalesa de Baños de Valdearados. Con Baco, dios griego del vino, como protagonista, sus más de 60 metros cuadrados conforman la primera referencia vinícola en la zona.

Como en otras denominaciones de Castilla y León, el medievo favoreció la extensión del cultivo y elaboración de la uva en la Ribera. Localidades como Peñafiel o Aranda de Duero se fundan y expanden en estos siglos (X y XI), y lo hacen estrechamente unidas a la actividad viticultora que, poco a poco, se convierte en el motor económico de esta zona bañada por el caudaloso Duero.

Documentos históricos sitúan ya en esta época las primeras exportaciones de sus caldos a otras zonas de Castilla, fruto del desarrollo del comercio vinícola. Con inevitables altibajos en siglos posteriores, el cultivo del fruto de la vid ha mantenido su auge en la Ribera del Duero hasta nuestros días, en la que hoy marca el pulso de la región a muchos niveles.

Con el paso del tiempo, la creciente presencia de viñedos ha transformado el paisaje de sus campos, ha influido en la arquitectura local, ha fraguado en la cultura popular, el carácter de sus gentes, sus hábitos sociales o la economía de la región.

La primera de La Ribera

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Fundada como cooperativa en 1927, Bodegas Protos se ha convertido por su calidad en símbolo de esta denominación de origen, desde las profundidades del Castillo de Peñafiel, en Valladolid, donde descansan sus más de 9.000 barricas.

La primera de La Ribera reza el cartel que preside la fachada del edificio original de Bodegas Protos. Desde 1927, cuando nació como cooperativa, esta prestigiosa firma elabora cada año algunos de los mejores caldos de la región y del país. El cuidado y dedicación que se aplican en cada fase del proceso ayuda a comprender la calidad que alcanzan sus vinos de crianza.

El mimado de la vid es fundamental en Protos. Recortar los brotes sobrantes para que los racimos estén bien expuestos al sol y al viento, aligerar la carga de sus cepas para mejorar la calidad de la uva y reforzar con riego artificial sus campos para que aquellas reciban la cantidad justa de agua, son algunas de las claves en el viñedo.

Ya en la bodega, tras una cuidada selección en mesa de toda la uva cosechada, unas 9.500 barricas de roble francés y americano dormitan en una fresca atmósfera que oscila entre los 12 y 14 grados de temperatura todo el año. Evitar bruscas inversiones térmicas es indispensable para la correcta conservación del vino, algo que en Protos se consigue de forma natural.

Su bodega, literalmente excavada bajo el Castillo de Peñafiel, no precisa de un acondicionamiento artificial del aire, tan sólo renovar éste una vez cada día, mediante turbinas extractoras.

Cumplir rigurosamente con el constante proceso de trasiego resulta también clave en el proceso de elaboración. Las barricas son vaciadas periódicamente (cada cuatro meses) y se limpian y desinfectan. Mientras tanto se realiza una cata y control del vino y después éste vuelve a la barrica. Con este proceso, además de la calidad del caldo, se regula y evita la evaporación de líquido dentro de la barrica, y que la excesiva presencia de aire en su interior lo dañe.

Como asegura Carlos Guzmán, enólogo de Bodegas Protos desde 1999, la tendencia natural del vino es llegar a ser vinagre, es decir, picarse. Evitar que esto ocurra es su trabajo. El excelente resultado de cada añada en esta bodega, es la mejor prueba de que lo realizan excelentemente desde hace muchos años.

Túnel de barricas bordelesas de la bodega Protos de Peñafiel (Valladolid).
Túnel de barricas bordelesas de la bodega Protos de Peñafiel (Valladolid).JORDI PASTOR
Según anuncia la fachada de su edificio original, visitamos ‘La primera de La Ribera’, una de las bodegas más conocidas y premiadas de la denominación de origen Ribera de Duero, fundada en 1927Vídeo: Jordi Pastor, David Jorge

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