_
_
_
_
_

‘Rosetta’ ha conquistado un cometa con un ordenador peor que tu móvil

El director general de la Agencia Espacial Europea, Johann-Dietrich Woerner, explica las dificultades de aterrizar en el 67P con tecnología de hace 15 años

Nuño Domínguez
El director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Johan Woerner, hoy en Guadalajara.
El director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Johan Woerner, hoy en Guadalajara.Ulises Ruiz Basurto (EFE)

Johann-Dietrich Woerner es un ingeniero civil especialista en diseñar edificios a prueba de terremotos. Su carrera dio un giro al espacio cuando, en 2007, se hizo cargo de la DLR, equivalente a la agencia espacial alemana. “Cuando llegué allí [Rosetta había despegado en 2004] pedí toda la información de la misión y me pareció simplemente increíble, pensé que no era posible” hacer lo que pretendían los ingenieros y científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA), confiesa. Desde hace algo más de un año, Woerner es el director general de esa organización, que agrupa a 22 países, incluida España. El aterrizaje exitoso de Rosetta es el mayor logro que ha vivido durante su mandato.

Normalmente, los eventos de seguimiento en directo como el de hoy son una mezcla de tensión y confianza, pues los márgenes de error o la posibilidad de que haya problemas fatales para la misión son muy escasos. Pero Woerner resalta que este no ha sido siempre el caso de Rosetta, una misión de 12 años y cuyo buque insignia, el orbitador que da nombre a la misión, no estaba diseñado para aterrizar en un cometa.

“Hemos tenido varios retos importantes”, ha explicado Woerner a Materia pocos minutos después de la confirmación del aterrizaje. Uno de ellos fue después de la hibernación, la vuelta a la vida de Rosetta tras dos años y medio de viaje espacial. “Hay que tener en cuenta que el ordenador de abordo tiene 15 años, es viejo, y por eso el final de la hibernación se retrasó, ya que hubo problemas con el software”, recuerda. “Afortunadamente [esa programación] estaba configurada de una forma muy inteligente y se pudo reparar”, añade.

Rosetta ha orbitado y aterrizado en un cometa gracias a un ordenador con tres gigas de memoria (10 veces menos que un smartphone) y ha retratado como nunca antes los alucinantes paisajes el 67P con una cámara de unos 4 megapíxeles, unas tres veces menos que la de los teléfonos inteligentes que mucha gente usa para hacerse selfies. Y todo eso se ha enviado a la Tierra a 90 kilobites por segundo, dos veces más lento que el 3G.

Woerner piensa que el plan de Elon Musk para ir a Marte es "ciencia-ficción"

“Este es un momento grande, y muestra lo que nos aporta el espacio, ciencia al mayor nivel, desarrollo de tecnología, no solo para Rosetta, sino también para otros sectores en tierra, y la inspiración que aporta, que es lo más importante, porque necesitamos que los jóvenes se fascinen y se motiven por el futuro. Rosetta ha hecho todo eso”, resalta Woerner. También hubo problemas con Philae, sus arpones de anclaje no funcionaron bien, “así que no hubo un aterrizaje, sino varios”, pero se ha conseguido recuperar “el 80% de todos los resultados recogidos”, comenta el jefe de la ESA.

Un pueblo en la Luna

Apenas hay tiempo para tomar un respiro antes de pasar a la siguiente misión: el aterrizaje en Marte de un demostrador de la misión ExoMars el próximo 19 de octubre. Europa nunca ha aterrizado en el planeta rojo, cuya fina atmósfera presenta un enorme reto para cualquier nave que quiera frenar lo suficiente como para no estrellarse. En ese sentido, Marte es un gran cementerio de misiones fallidas hechas chatarra.

El demostrador debe ensayar el nuevo sistema para tomar tierra desarrollado por la ESA, que pondrá la primera piedra para la llegada de un vehículo de exploración en 2020 cuya misión será “buscar vida”, asegura Woerner, que ha participado estos días en el Congreso Internacional de Astronáutica en Guadalajara (México).

Durante el encuentro, al que han asistido otros jefes de las agencias espaciales de EE UU, Rusia y China, entre otros, se ha hablado mucho del futuro de la exploración humana del espacio. La estrella indiscutible ha sido Elon Musk, esperado por miles de asistentes como un mesías, y que vino a presentar su plan para enviar 100 humanos a Marte en 2024.

Reuniremos empresas, organismos públicos, robots y humanos para crear una nueva comunidad en la superficie de la Luna

Woerner es escéptico con su presentación. “Es como la ciencia-ficción, siempre suena posible e imposible a la vez”, comenta. “Su idea de mandar más de 100 personas de una vez es muy especial, pero creo fuertemente que este no será el primer paso”, asegura. “Si los humanos somos lo suficientemente fuertes como para mantener este planeta, estoy seguro que incluso grupos más grandes acabarán viviendo en Marte, pero no será tan rápido”, añade.

El jefe de la ESA tiene su propio plan: crear un pueblo en la Luna. “El espacio es nuestra próxima dimensión para los humanos y la Luna es, desde mi punto de vista, el próximo continente a explorar”, explica. “En el pasado, todas las misiones se han desarrollado y financiado con fondos públicos, y yo creo que con la Luna necesitamos algo diferente”, explica.

La idea incluye la creación de bases permanentes que permitan aprovechar los recursos que atesora el satélite, usarla como una nueva instalación científica, por ejemplo construyendo un telescopio en su cara oculta, y tomarla como punto de partida de futuras misiones a Marte. Esta base acogería también a las empresas que quieran hacer minería o turismo, dice Woerner.

“Yo lo llamo la aldea lunar, lo que quiere decir que reuniremos empresas, organismos públicos, robots y humanos y no solo habrá un proyecto, sino un gran concepto; crear una nueva comunidad en la superficie de la Luna”, resume el ingeniero, que espera contar con el apoyo de la NASA para llevar a cabo el proyecto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_