_
_
_
_
Tentaciones
_

Así son las 'nuevas' princesas de la comedia española

Victoria Abril, Alexandra Jiménez y Cristina Castaño protagonizan 'Nacida para ganar', una historia de fortuna y extrarradio. Se estrena hoy en cines y promete ser uno de los taquillazos de la temporada

Con un título de epitafio como Nacida para ganar y un director, Vicente Villanueva, cuya filmografía cuenta con cortometrajes titulados Mariquita con perro o Meeting with Sarah Jessica, uno piensa que se va a encontrar, como poco, con una petardez. Y podía haberlo sido, pero aquí nada es lo que parece. Y en la contención cómica encuentra un particularísimo sentido del humor que se desmarca de la risa facilona que buscan otras comedias españolas recientes.

Para que se hagan una idea, al principio se iba a llamar Móstoles no es lo que parece o la importancia de llamarse Encarna. Y si se quedó por el camino fue "porque se consideró demasiado provocador", nos cuenta su creador, que acude rodeado de sus protagonistas, Victoria Abril, Alexandra Jiménez y Cristina Castaño, a la llamada de TENTACIONES para introducirse en un universo entre Casino de Scorsese, una sesión del ¡Hola! y, sí, algún rincón del Móstoles que refleja la película. Quien mejor resume su tono es Victoria Abril: "Esta peli está llena de retranca, de esa cosa tan española de 'al revés te lo digo para que me entiendas'. Como cuando le dices a alguien 'qué guapa estás, cabrona'; que cualquiera que lo escuche desde fuera puede interpretar como un halago o como un insulto".

Nacida para ganar cuenta la historia de una pobre desgraciada llamada Encarna (Alexandra) que, anclada en su Móstoles natal, se deja embaucar por una antigua amiga del instituto (Cristina) para embarcarse en un negocio de venta piramidal con la actriz Victoria Abril (tal cual, la ex musa almodovariana interpreta a una versión extrema de sí misma bautizada con su propio nombre) como principal reclamo.

Dorada, brillante, espléndida. Así es Victoria Abril.
Dorada, brillante, espléndida. Así es Victoria Abril.

Bajo la premisa de Villanueva se pueden trazar las huellas del post humor, la nueva comedia con mujeres de la factoría Apatow, nuestra propia tradición berlanguiana, y así, hasta llegar a la referencia de Martes y 13 o Las Supremas de Móstoles. Y al timo de la estampita, claro. De lo más retorcido a la referencia más obvia para que, como cuenta él, "funcione a varios niveles y el espectador se pregunte todo el rato: '¿Pero cómo ha conseguido esto?". Sin ir más lejos, ¿cómo ha logrado que Victoria Abril se meta en la piel de una Victoria Abril tan chunga? La respuesta ya nos la dará ella cuando irrumpa en la sesión de fotos al grito de "¡Hola, niñas!".

Hemos quedado en el Casino Gran Madrid Colón para emular la noche de juerga que se corren en Nacida para ganar las tres actrices... Aunque el casino de la peli destile mucho más esa estética de la España de rotonda y hotel de convenciones que este. "Este filme es muy diferente a cualquiera de los que he hecho hasta ahora, porque provoca algo muy contundente y especial. Como espectador, Vicente te pone en el brete de no saber si partirte de risa o morirte de vergüenza ajena. De repente, descubrirte con ganas de reír pero al mismo tiempo no sabiendo si hacerlo o no… Vicente juzga con crueldad lo que cuenta, pero al mismo tiempo con ternura", explica Alexandra mientras la arreglan.

"¿Demasiada pestaña?", pregunta la maquilladora. "Hombre, pega con todo, ¿no? El cardado, el casino…". "Para mí, lo más complicado fue no ir a hacer la gracia", interviene Cristina. Y continúa: "Porque yo en comedia lo que hago es ver el gag e irlo a jugar. Es lo que me pide el cuerpo, ir corriendo y lanzarme ahí, a la piscina. Pero Vicente estaba todo el tiempo reteniendo los caballos. 'No vayas al chiste, no me hagas gracia'. Incluso ahora, viendo el resultado, pienso 'Dios mío, pero si ahí había un gag y lo tuve que omitir porque Vicente no lo quería jugar".

Cristina Castaño, la pelirroja de piel blanca que nos tiene enamorados.
Cristina Castaño, la pelirroja de piel blanca que nos tiene enamorados.

Teniendo presente que a Alexandra últimamente la llaman para todo lo que busque hacer reír y Cristina, que acaba de abandonar La que se avecina, es una cómica "revienta-shares", ¿qué les parece si les adjudicamos la etiqueta de 'princesas de la comedia española'? "Rotundamente sí. Adjudicado. Ella princesa de… y yo princesa de…", señala Cristina con una varita imaginaria a su compañera. "Además, princesas no ofende a nadie porque princesas puede haber muchas".

Punto y aparte, porque hace su entrada Victoria que, tras el mencionado saludo, indica que "primero, un pipí". Según sale del baño, lo hace con la idea de usar los excusados como localización para la foto de grupo. "Si es que son la hostia y además justo hay tres", continúa. Y se pone a dirigir la sesión. A eso se le llama callo. A continuación, repasa las opciones de vestuario y, mientras valora cómo le quedaría un traje de noche sosteniendo la percha debajo del cuello, dice: "Soy la Victoria Abril, y la Victoria Abril...".

Pues bien, la Victoria Abril dice que durante este reencuentro con España ha llegado a la conclusión de que "si Bélgica estuvo dos años sin gobierno y tampoco les fue tan mal, porque bajó el paro y bajó la corrupción, pues que como lo que sucede, poniéndose budistas, es lo que conviene. Si aquí llevamos dos meses sin gobierno, será por eso. Que así estamos un ratito con un poco menos de negatividad".

Alexandra Jiménez: actriz y camaleón.
Alexandra Jiménez: actriz y camaleón.

Hace poco, Victoria declaró que le resulta difícil no hacer papeles que no haya hecho ya. Sin embargo, interpretarse a sí misma sí que es nuevo. "¡Pero es que esta no soy yo!", exclama. "Esta chica tenía que ser americana y llamarse Meredith. Cuando Vicente me propuso el papel le dije que nadie se iba a tragar que yo hiciera de americana. 'Si quieres una americana, Melanie Griffith te lo puede hacer muy bien'. Y él, 'que no, que yo te quiero a ti'. Así que acabó proponiéndome que hiciera de Victoria Abril que llega de América con esta estafa. '¿Yo esta arpía? ¡Anda ya!', le dije. Si la hago no voy a poder volver a España en otros 20 años. Pero luego le vi el puntazo y pensé, palante, palante".

Victoria, tan poco familiarizada como sus compañeras con el cinturón sur de Madrid —Alexandra es de Zaragoza y Cristina, de Lugo— optó por la inmersión durante el rodaje y se fue a vivir al hotel donde se localiza parte de la trama: "Ahí estuve, entre una autopista, un poblado gitano y un olivar. En ese hotel donde vas clandestinamente a echar un kiki con el jefe o a suicidarte. Todo marrón. Bueno, bueno, fue…".

Y si en otras ocasiones (recientes) Almodóvar no ha salido bien parado de sus declaraciones, esta vez templa gaitas contando que, cuando se tomó la licencia de que su personaje usara una camisa de Chanel (ella lo pronuncia con s) que llevó cuando hizo de presentadora de telediario en Tacones lejanos, llamó al manchego para pedirle permiso. "¿Y sabes lo que me respondió? Más mono… 'Cariño, gracias por preguntarme pero no hacía falta, tú y yo y nuestro cine ya formamos parte del patrimonio histórico, son de la gente, yo no tengo el copyright'... Muy mono. Yo es que tenía miedo de que luego fuéramos a tener que cortar la secuencia, que nunca se sabe".

A modo de conclusión, el director apunta: "En el fondo, Nacida para ganar de lo que está hablando es de la presión que existe hoy en día porque te sientas mal por ser quien eres y, en la medida en la que cambies, estarás bien. Pero, ¿por qué? Si es que eso es un anhelo imposible". Y, al menos en su película, como a veces en los casinos, no siempre gana la banca: "Al final, todo acaba en armonía".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_