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Reportaje:FIN DE SEMANA

Un Bierzo redondo

Una iniciativa turística, La Mirada Circular, propone dos semanas andariegas por la comarca leonesa al encuentro de sus valles de silencio, su naturaleza abrumadora y su cultura añeja. Con un pasaporte, 15 etapas y 15 sellos para dar fe del recorrido realizado

La comarca leonesa de El Bierzo ha echado a andar un innovador proyecto que gira en torno a una red de senderos tradicionales con más de trescientos kilómetros de pisadas perdidas. Bautizado como La Mirada Circular, se trata de un plan de turismo sostenible que pretende contribuir a frenar la despoblación y la penuria económica de una de las comarcas españolas más interesantes. La pérdida de unas raíces culturales difíciles de recuperar y el desequilibrio territorial se intenta paliar con esta iniciativa mediante el desarrollo de nuevas aplicaciones tecnológicas sobre los recursos propios de la comarca que faciliten el regreso de la población.

El departamento de Ingeniería y Planificación Rural de la Universidad de León es el responsable de la idea, con Alfonso Fernández Manso como director del proyecto: "Hay que reinventar las políticas rurales e insertar nuevas ideas para desarrollar los recursos propios con un turismo justo e inteligente". Cincuenta y ocho localidades de 20 municipios diferentes se engloban dentro de este Bierzo redondo en busca de nuevas inversiones, nuevos pobladores y nuevos emprendedores con iniciativas y ganas de aportar su esfuerzo.

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La Fundación Ciudad de la Energía, como parte financiera del proyecto, pretende crear también en la zona el Museo Nacional de la Energía, con la recuperación de los pozos mineros Julia y María, en Fabero y Villablino, y la rehabilitación de las viejas y espectaculares naves de calderas y turbogeneradores de Compostilla I, en Ponferrada. De esta manera se pretende convertir la comarca en un foco turístico relacionado con el sector minero.

El Bierzo es un territorio que apabulla con su acervo natural y cultural, declarado patrimonio de la humanidad y reserva mundial de la biosfera en parajes tan reconocidos como La Médulas o la sierra de Los Ancares, y en rutas emblemáticas como el Camino de Santiago. Pero estos lares escapados del olvido dan para mucho más, y sus cuatro sierras esconden joyas que merecen la pena:

01 Los montes Aquilianos

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Quedan envueltos en la sierra del Teleno cerrando por el sur la comarca. Entre las hechuras de sus cerros emboscados se localiza el valle del Silencio, un paraje espeso y aislado cubierto de robles y encinas que atrajo la atención de eremitas y santones, donde levantaron el monasterio de San Pedro, la ermita de Santa Cruz y la extraordinaria iglesia mozárabe de Santiago, enclavada en Peñalba entre caseríos de piedra y pizarra. Desde aquí se visita la cueva en la que vivió san Genadio, el famoso santo de la vallejada.

02 La sierra de Gistredo

Con el pico Catoute vigilando la región desde lo más alto, vierte sus laderas al río Sil entre arroyos transparentes de aguas asilvestradas, como el Boeza, el Salentinos y el Primout. Aquí, los urogallos todavía cantan sus amores en los calveros de los hayedos y robledales, al pie de las despobladas aldeas de Urdiales de Colinas, Los Montes de la Ermita y Primout. Las abundantes campas y brañas ganaderas de la zona recuerdan la pequeña trashumancia que entre valles y puertos se ha realizado hasta hace pocos años.

03 La sierra de La Lastra

Comparte los límites con Galicia y su Serra do Courel mezclando los paisajes y la cultura de los pueblos rayanos. Un rincón de El Bierzo profundo donde la tradición rural se arropa de exuberantes bosques de castaños y generosas huertas a la vera del río Sil. En los dominios del río, a horcajadas entre los altozanos de La Lastra y los Aquilianos, se reflejan las aguas del lago Carucedo envuelto entre fábulas y leyendas, con los rojos picuezos de la mina de oro de Las Médulas asomados por entre los castañares.

04 Los Ancares

Tiene la mejor presentación por estar declarada reserva de la biosfera en defensa de su biodiversidad y los valores singulares de su cultura tradicional. Una sierra partida entre las provincias de Lugo y León, con el lado gallego estructurado entre los valles que forman las cabeceras de los ríos Ser y Cervantes, y la zona leonesa distribuida por las cuencas altas de los ríos Burbia, Ancares, Tejeira y Balboa y las sierras del Padrón, Mingatón y de la Corredoira. Por encima de todos estos pardos montes de pizarra destacan los picos Tres Obispos, Peñalonga y Peñarrubia, que reinan entre un paisaje modificado en el que han desaparecido gran parte de los bosques autóctonos, pero que aún conservan las primigenias morteiras, bosquetes de abedules y robles de las cabeceras de los arroyos. Un paisaje dominado por brezos o urces, tojos y helechos, donde sobreviven algunas de las especies de la fauna ibérica más simbólicas, como urogallos, perdices pardillas, lobos y, de vez en cuando, campa algún que otro despistado oso pardo. Además de estos significativos animales, también pueblan estas montañas águilas reales y culebreras, azores, corzos, jabalíes, nutrias y garduñas.

La ruta redonda que ofrece La Mirada Circular envuelve todos estos predios bercianos con un camino continuo y señalizado al estilo del Camino de Santiago, partido en 15 etapas de entre 20 y 30 kilómetros, que atraviesan algunos de los andurriales más singulares de la comarca. Un pasaporte, al estilo del documento que durante la Edad Media se utilizaba por los caminos para asegurar el paso libre de viajeros y mercancías, sirve como credencial para los caminantes que recorren la ruta completa. En los ayuntamientos y alojamientos hosteleros de algunas localidades por las que atraviesa el sendero se obtienen los 15 sellos que plasmados en el pasaporte otorgan el diploma acreditativo de haber realizado La Mirada Circular.

La Senda de la Herrería, la Senda de las Aguas, la Senda del Carbón, la Senda del Urogallo, la Senda del Oso o la Senda de los Celtas son algunos de los nombres descriptivos de los 15 senderos que componen este círculo berciano. Todos ellos parten y llegan a localidades donde existen alojamientos rurales y restaurantes para pernoctar y comer, pero el resto del recorrido lleva al viajero por cordeles y trochas sumergidos en plena naturaleza, disfrutando en las paradas de una suculenta gastronomía y unos vinos excelentes.

Arcos mozárabes de la iglesia de Santiago, del siglo X, en la localidad berciana de Peñalba, en el valle del Silencio.
Arcos mozárabes de la iglesia de Santiago, del siglo X, en la localidad berciana de Peñalba, en el valle del Silencio.JAVIER PRIETO

Guía

Información

» La Mirada Circular (987 45 63 23; www.lamiradacircular.com). En la web se pueden descargar audioguías de tres etapas y archivos sonoros con información sobre tradiciones o vegetación.

» Ciudad de la energía (www.ciuden.es).

» Turismo de Ponferrada (987 42 42 36; www.ponferrada.org). Calle de Gil y Carrasco, 4.

» La Asociación Bierzo Natural organizará rutas guiadas para grupos desde finales de enero. Las reservas se realizan en el teléfono de La Mirada Circular. Punto de encuentro en el aparcamiento del Albergue de Peregrinos. Lomas, s/n. Ponferrada

(987 41 33 81). La ruta para grupos de 10 incluye un guía y monitor de apoyo. Precio: 25 euros por persona.

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