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Reportaje:RUTAS URBANAS

Los pinitos de Janis Joplin

Vida universitaria, el original de 'Rayuela' y mucha música en vivo en la tejana Austin

Vicente Molina Foix

En el año 2000, un grupo de ciudadanos de Austin, celosos de preservar ciertas peculiaridades de la ciudad, lanzó la frase "Keep Austin weird" ("Que Austin se mantenga rara"), y lo que al principio no fue más que la ocurrencia de unos extravagantes, en poco tiempo se convirtió en un lema ahora asumido desde la alcaldía. ¿Cómo de rara es Austin? Al principio no lo parece mucho. Situada más o menos en el centro de Tejas, no es la ciudad más hermosa del Estado (seguramente lo sea San Antonio), ni la más grande (Houston), ni la más artísticamente avanzada (Dallas), pero al ir conociéndola se empieza a ver su encanto, su mezclada personalidad, su acusado perfil humanista. Se trata de una ciudad universitaria, y la universidad es no sólo el alma máter, sino -o así me lo pareció a mí- el espíritu del lugar. Repartida entre una serie de edificios eclécticos, alguno muy bonito, la universidad tiene un hito arquitectónico, la Torre, que rivaliza o le hace un guiño al otro gran punto descollante y emblemático, la cúpula del Capitolio.

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El bicho raro del sur

Los americanos adoran tener capitolios en sus capitales, y se esmeran en su construcción, pero el de Austin es realmente impresionante; me contaron mis anfitriones que Borges, visitante asiduo de la ciudad, se hacía siempre llevar allí, tocando con sus videntes manos, antes de entrar, los nobles muros de granito rojizo. El presente Capitolio se empezó a levantar en 1882 y al terminarse, seis años después, se dijo que era el séptimo edificio más grande del mundo. Como todo capitolio que se precie, es de estilo clásico, neorrenacentista éste, pero con esa elegante solidez geométrica que tienen en Estados Unidos sus símbolos de piedra, desde las grandes fábricas hasta los primeros rascacielos. Abierto cómodamente al público a todas horas, no en vano es lugar de representación del pueblo, la visita es muy recomendable, ofreciendo, además de sus cuadros, sus salones y sus galerías de columnas, una rareza que nos llama la atención; en el suelo de mármol de la rotonda central están grabadas las enseñas de todos los países o Estados a los que la orgullosa Tejas perteneció a lo largo de su historia: la estrella solitaria de la breve República de Tejas, el sello de la Confederación, la flor de lis de los Borbones franceses y el león y el castillo de las armas castellano-leonesas.

El distrito 'golfo'

Espectacularmente iluminado de noche, se dejará a un lado la mole del Capitolio cuando el viajero se acerque a la cuadrícula del distrito musical y golfo en el Downtown, famoso en una ciudad donde la asombrosa profusión de iglesias de todas las religiones (yo tenía seis rodeando mi hotel) no impide, por ejemplo, la existencia de una bulliciosa comunidad gay, con sus lugares de esparcimiento al oeste de la Calle 4. La Calle 6, en su parte este, es la que alberga otra gran cantidad de templos que dan a Austin su más laica y celebrada espiritualidad. En esa zona, cruzada por dos grandes arterias, las calles Lavaca y Guadalupe, y jalonada por la llamativa silueta, entre romántica y vaquera, del hotel Driskill (precioso y de muy buen comer su restaurante), se halla, en una serie casi ininterrumpida de animados locales nocturnos, la mayor oferta imaginable de música en vivo: country, folk, blues, jazz... Según mis amigos melómanos, el de más solera es el Elephant Room, en Congress Avenue, y allí, en efecto, asistí yo una noche a una emocionante jam session a partir de las composiciones de Thelonious Monk. Para los nostálgicos de la edad de oro del pop, la peregrinación obligatoria, en North Lamar, es el Threadgill's, un atractivo bar de carretera al viejo estilo donde en los primeros años sesenta empezó a cantar la tejana Janis Joplin, estudiante entonces de la Universidad de Austin.

Tres paradas de arte

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El cliché de un Estado cuyo símbolo más presente es el de los longhorns, los largos cuernos curvos de las vacas, no debe ocultar que en Austin, y también en Dallas y Houston, los millonarios petroleros han hecho posible la existencia de museos y centros culturales ejemplares. En Austin, esa generosidad del mecenazgo alcanza una sofisticación deslumbrante. La describo en tres paradas. La primera, en la Nettie Lee Benson Latin American Collection, que dispone de un fondo de manuscritos y libros iluminados tal vez incomparable. La visita le deja a uno boquiabierto sin cesar, pues cuando se acaban de disfrutar los mapas mexicanos del siglo XVI, deliciosamente ingenuos, van apareciendo las joyas contemporáneas, entre las que el original de Rayuela corregido por el propio Cortázar se asemeja a un primitivo incunable.

La segunda es el Museo Blanton, otra donación privada donde se amalgama un núcleo central muy bien seleccionado de pintura barroca italiana con diversas muestras de arte americano contemporáneo. Por último, el Harry Ransom Center, que, más que un centro de humanidades, es la más maravillosa cueva de Alí Babá que yo conozca. En el Ransom, hogar definitivo de los archivos privados de -por citar sólo adquisiciones recientes- Doris Lessing, Borges, Burgess, Malamud, Narayan o Stoppard, llega a ser vertiginosa, como en un juego de sueños realizados, la posibilidad de ver la primera foto de la historia, las páginas a mano de Proust y Faulkner, antes de pasar a los vestidos originales de Escarlata O'Hara (tienen el legado de Selznick) o las tijeras gigantes que Dalí diseñó para el Recuerda de Hitchcock.

» Vicente Molina Foix es autor del libro de relatos Con tal de no morir (Anagrama). Ganó con El abrecartas el Premio Nacional de Literatura 2007 (Narrativa).

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Información

» www.austintexas.org.

Dormir

» Hotel Driskill (www.driskillhotel.com; 001 51 24 74 59 11). 604 Brazos Street. Lujoso hotel en el centro de la ciudad, miembro de Hoteles Históricos de América. La habitación doble, desde 230 euros.

Salir

» Elephant Room (www.elephantroom.com) 315, Congress Avenue. Mítico club de jazz, con actuaciones en directo.

» Bar Threadgill's (www.threadgills.com) 301 West Riverside Drive. Comida, música country y museo.

Visitas

» Capitolio de Texas (www.tspb.state.tx.us). 201 E, 14 Street. Visita gratuita.

» Nettie Lee Benson Latin American Collection (www.lib.utexas.edu/benson). Universidad de Tejas, Martin

Luther King Boulevard. Biblioteca universitaria (mapas, libros y manuscritos sobre Latinoamérica). Visita gratuita.

» Museo Blanton (www.blantonmuseum.org). Martin Luther King Jr. Avenue. Posee una de las más extensas colecciones de arte latinoamericano del país. 5,30 euros.

» Harry Ransom Center (www.hrc.utexas.edu). 21, Guadalupe Street. Centro especializado en el estudio del arte y las humanidades. Visita gratuita.

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