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Reportaje:24 HORAS EN... OSLO

El muelle de los vikingos

La nueva ópera y el futuro museo de Munch, del arquitecto español Juan Herreros, convierten el puerto de Bjørvika en el nuevo foco cultural de la capital noruega. Oslo, más vibrante que nunca

Cuando se observa El grito, la obra emblemática del pintor noruego Edvard Munch, uno tiene la sensación de vivir un déjà-vu, no artístico precisamente: ante el rostro estupefacto de un turista viendo los precios de Oslo. Bromas aparte, Oslo -la antigua Kristiania, también llamada Tigerstaden (ciudad de los tigres)- es cara. Pero aun así se puede disfrutar de esta ciudad, una de las más apacibles y encantadoras de Europa, enclavada en un fiordo de 100 kilómetros, rodeada de bosques, lagos e islas, sembrada de parques y museos. Hay una amplia oferta de vuelos a sus tres aeropuertos. Ryanair (www.ryanair.es) vuela desde Madrid al de Rygge, desde 47 euros, ida y vuelta. En cuanto a alojamientos, también caros, son recomendables los hoteles de cadenas como Thon (www.thonhotels.com) y Scandic (www.scandichotels.com), con habitaciones dobles a partir de unos 90 euros. Con el Paquete Oslo (www.visitoslo.com) se pueden reservar estancias con desayuno a precios ventajosos que incluyen la tarjeta turística Oslo Pass (que conviene comprar, porque da derecho al transporte público, algunos cruceros y la entrada a una treintena de museos).

9.00 La columna vertebral

Primer destino: la peatonal Karl Johan Gate (1), la principal arteria de Oslo, llena de bares, restaurantes, comercios y tiendas. Amenizada con actuaciones callejeras, nos conduce al Storting (Parlamento) - B, al teatro Nacional (3), a la Universidad (4), a la catedral (5) del siglo XVII, hasta desembocar en el palacio real (6) (www.kongehuset.no). De estilo neoclásico y tonos crema, rodeado de amplios jardines, es la residencia de los reyes noruegos, los padres de los populares príncipes Haakon y Mette Marit. Nos dirigimos al puerto, en donde se destaca el Radhus (7) (Ayuntamiento), en cuyos salones, decorados con murales de distintos artistas, se da cada 10 de diciembre el Premio Nobel de la Paz. Enfrente se halla el castillo de Akershus (8), la vieja fortaleza cuyos jardines miran al fiordo.

10.00 Vikingos (sin cuernos)

Se puede ir en el autobús 30, pero es más atractivo en el ferry 91, atracado frente al Radhus. En Bygdøy (9) se hallan varios museos, como el Vikingskiphuset (www.khm.uio.no; 6 euros), con tres barcos vikingos de hace más de mil años, usados en ritos funerarios. Los objetos que los acompañan nos dan una idea de cómo vivían los vikingos y desmontan mitos como el de que llevasen cascos con cuernos. Cerca está el Museo Kon-Tiki (www.kon-tiki.no; 7,20 euros), con las balsas usadas por Thor Heyerdhal en sus viajes; el Norsk Folke (www.norsfolke.museum.no; 8,40 euros), con 140 templos y casas de distintos lugares y épocas, y el Frammuseet (www.fram.museum.no; 6 euros), con el barco usado por Nansen, Sverdrup y Amundsen en sus exploraciones árticas.

11.00 El gran proyecto del fiordo

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Al otro lado de la estación central se halla la espectacular Ópera (10) (www.operaen.no), inaugurada en 2008. De un blanco inmaculado, enormes cristaleras y formas angulares, tiene el aspecto de un glaciar que se va hundiendo en las aguas del fiordo. Proyectada por el estudio Snøhetta, ganó el último premio de arquitectura Mies van der Rohe. Su estructura rampante permite trepar hasta el tejado y disfrutar de las maravillosas vistas. La Ópera forma parte de un ambicioso proyecto urbanístico destinado a recuperar la zona portuaria de Bjørvika. Una parte significativa -proyecto Lambda- está firmada por el arquitecto español Juan Herreros, incluido el nuevo Museo Munch, un edificio de vidrios ondulados. Reunirá la obra del pintor y dispondrá de cine, teatro, biblioteca, restaurante..., que junto a una zona de viviendas, una playa para conciertos al aire libre y una isla con un parque convertirán Bjørvika en uno de los puntos de atracción cultural y turística de Oslo.

12.00 Comida a bordo

A la hora de comer se puede ir a la zona de Gronland (11), donde abundan asequibles restaurantes asiáticos, a la Karl Johan Gate, o hacer un crucero por las islas del fiordo para disfrutar de sus paisajes. Los barcos, algunos de madera, salen del muelle 3, frente al Radhus. El crucero (www.boatsightseeing.com; 0047 23 35 68 90) de dos horas cuesta 28 euros (por 47 incluye almuerzo).

14.00 En busca de Nora

Hasta que se abra el nuevo Museo Munch habrá que ver sus obras en el actual (12) (www.munch.museum.no; 9 euros), en el parque Tøyen, y en la imprescindible Nasjonal-Galleriet (13), la Galería Nacional (www.nasjonalmuseet.no), donde comparten espacio con lienzos de Rubens, El Greco, Matisse, Van Gogh, Picasso, Cézanne... El Munch acoge 1.100 cuadros, 4.500 dibujos y 18.000 grabados del célebre expresionista que se consideraba un diseccionador del alma humana, un pintor de sentimientos. Cerca del Museo Munch se halla Grünerlokka, una zona bohemia, más económica y desenfadada, equiparable al Kreuzberg berlinés, llena de tiendas, bares alternativos y restaurantes asequibles.

Otra alternativa, en el centro de la ciudad, en la refinada zona de Frogner, es la Casa Museo de Ibsen (14) (www.ibsenmuseet.no; 10,20 euros). Allí vivió el autor de Hedda Gabler sus últimos años con su mujer, Suzannah, que inspiró algunos personajes femeninos como el de Nora de Casa de muñecas. Con motivo del centenario de su muerte, en 2006, se reabrió con la decoración y los muebles originales.

16.00 Cuerpos desnudos

Vigeland (15), un parque museo (www.vigeland.museum.no), fue diseñado por el escultor Gustav Vigeland. Un conjunto monumental de 214 figuras desnudas, rematado en una colina con la Torre de Babel, un monolito labrado en una sola pieza de granito de 180 toneladas que tardó 14 años en esculpir y que representa a 121 personas tratando de llegar a la cima.

18.00 Rampa al cielo

En metro se sube a la colina de Holmenkollen (16), un lugar para paseos apacibles, deportes de invierno y, sobre todo, para disfrutar de una de las panorámicas más bellas de Oslo y sus fiordos. Será sede del Campeonato Mundial de Esquí en 2011, pero las obras impiden visitar su emblemático trampolín decimonónico. El museo del esquí (www.skiforeningen.no) cuenta con un simulador de saltos desde trampolín no recomendable para estómagos delicados.

20.00 Una cerveza, cinco euros

La zona típica animada para cenar es Aker Brygge (17), en el puerto. Se puede comer una pizza por unos 20 euros en Olivia (www.tanteolivia.no; Stranden, 3), o un salmón por unos 25. Una cerveza cuesta entre cinco y nueve.

Cerca del teatro Nacional está Onkel Donald (www.onkeldonald.no; Universitetsgaten, 26), donde se puede tomar una copa hasta las tres de la mañana, además de buenas hamburguesas y mejillones por unos 20 euros. Aker Brygge es también una zona juvenil con locales fashion como Lekter'n (www.lekteren.no). Recuerde que el alcohol está penalizado por el fisco, si se quiere evitar un nuevo grito de Munch al ver la factura.

Más propuestas e información en la Guía de Noruega

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