_
_
_
_
_
Reportaje:AIRE LIBRE

Un jardín para soñadores

El Luxemburgo, parque de flechazos y artistas en París

Desde tiempos remotos, el jardín, que etimológicamente significa cerco o valla, está asociado a una idea de microcosmos del universo. Fue un lugar de meditación para Platón y sus discípulos, que frecuentaban los hortus conclusus del gimnasio de Atenas, y en El cántico de los cánticos se asimila líricamente a una efusión erótica. La Edad Media empleará jardiner como equivalente metafórico de hacer el amor. El jardín de Luxemburgo, además de englobar todos esos significados, es el parque público más agradable en París. Da lo mismo ir en verano o en invierno. Sentarse plácidamente al sol o atravesar sus alamedas nevadas a paso rápido. Su misteriosa belleza, al compás estacionario de colores exaltantes o melancólicos, perdura todo el año.

Esta parcela en el centro de la capital, de 60.000 metros cuadrados de césped y 3.550 árboles, tiene una larga historia. Los romanos llamaron lucotitius a la que entonces era una zona agreste. Después de varias peripecias, María de Médicis compró en 1612 las primeras 25 hectáreas. Tres años más tarde hizo construir un excelso palacio por Salomon de Brosse. El vasto cuadrilátero con pabellones angulares fue ornado con obras de Rubens y Poussin traídas del Louvre y decorado después con frescos monumentales de Delacroix. En 1795 se instaló allí el Conseil des anciens, embrión del futuro Senado. Durante la Revolución de 1789, el edificio se había convertido en presidio, donde estuvieron encarcelados, entre otros, Danton y el pintor Jacques-Luis David.

La configuración actual del parque se debe a los arreglos de Haussmann bajo el Segundo Imperio, a mediados del siglo XIX. En 1871 fue tomado por los Comuneros, mientras que durante la Segunda Guerra Mundial lo ocupó el estado mayor de la Luftwaffe, la aviación alemana. Reservado al principio a la reina y la corte, el parque fue abierto al pueblo a mediados del siglo XVII. Considerado como jardín del barrio -sin fortificación-, tuvo desde su origen un carácter opuesto a los edenes reales, las Tullerías y el Palacio Real. La conservación botánica del terreno es una verdadera empresa. En los invernaderos de la parte norte del parque, se cultiva y conserva una colección única de orquídeas, con 1.500 especies, semillas o híbridos.

La serie de las 20 reinas de Francia y mujeres ilustres, erigidas en los dos semicírculos de la rotonda central, se imponen a la mirada con naturalidad. Como las copias de la antigüedad de Venus, Minerva con una lechuza en la mano, o Vulcano. También ornan enclaves precisos, o recovecos frondosos del jardín, ciervos en bronce, leones, un busto de Beethoven. Dos esculturas son, sin embargo, límpidas. La gracia soberana y risueña del fauno bailando, de Eugène Louis, y el impresionante conjunto, de Auguste Ottin, Polifemo sorprendiendo a Acis y Galatea. Casi escondida en un nicho central, la fuente de Médicis, custodiada por columnas, como al fondo de alguna gruta montañosa, tiene a sus pies un estanque bucólico de aguas dormidas y piedras bordeada de vasijas y macetas con guirnaldas y hiedra. Aunque apacible, el lugar inspira el dilema romántico por excelencia del secreto traicionado. La parte oeste del jardín es la reserva privilegiada de los niños. Con 13 quioscos repartidos en las proximidades de las puertas, se ofrecen golosinas y juguetes, la zona tiene columpios y alberga el teatro de marionetas. Esa parcela propone muchas atracciones, pero siempre discretas.

Tiovivo y conciertos

Alrededor de los muros soleados de L'Orangerie, galería de exposiciones temporales, muchas sillas metálicas (todo el jardín está lleno de sillas) estimulan a una plácida lectura. Un poco más lejos se juega al ajedrez, junto a las seis pistas de tenis, y el terreno de petanca. Es imprescindible descubrir (y, si la edad lo permite, montar) el tiovivo con caballos de madera, atracción de 1879 realizado a partir de los planos de Garnier, el constructor de la Ópera. Cerca del quiosco donde en verano pequeñas orquestas ofrecen conciertos gratuitos, le chalet les gaufres (unos barquillos), con decoración retro y servicio pausado, propone, dentro o en mesitas exteriores, rosbif, tortillas o huevos al plato con jamón, vino y café por 11 euros.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Por el jardín de Luxemburgo se paseaba Honoré de Balzac en compañía de su primer amor, madame de Berny; Baudelaire lo frecuentaba cavilando sobre el mal de las flores, y Guy de Maupasant lo describió como "un jardín bello como dulce sonrisa de anciana". Verlaine y George Sand, poetisa y amante del compositor romántico Frédéric Chopin, también eran asiduos. Asociados desde siglos a la literatura y el arte, los barrios colindantes (no lejos, en la calle de la Antigua Comedia, se reunían Voltaire y los enciclopedistas) siguen imbuidos en una actividad intelectual intensa mediante librerías, cines, colegios y chocolaterías. Para visitar este jardín, abrochado por sus cuatro esquinas por el magnánimo Panteón, San Sulpicio, el teatro del Odeón y las callejuelas del barrio Latino, hay que acudir sin la pretensión de ver nada. Dejándose guiar por las manchas abstractas del color o las caídas de perspectiva. El paseo será así bondadoso, tranquilo, filosófico. Como los versos del poeta Alfred de Musset: "Lugar encantador, solitario asilo, / Abierto noche y día al colegial con su libro en mano, / El soñador con su pereza, / El amoroso con su amante, / Entran en él como en un Paraíso".

Una pareja descansa en el jardín de Luxemburgo (al fondo, el Senado).
Una pareja descansa en el jardín de Luxemburgo (al fondo, el Senado).BRUNO BARBEY

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos- Prefijo telefónico: 00 33.- Población: el área metropolitana de París tiene alrededor de 10 millones de habitantes.Cómo llegar- Iberia (www.iberia.com; 902 40 05 00) tiene vuelos de ida y vuelta a París, con salida desde Madrid y Barcelona, a partir de 140 euros,tasas incluidas.- Air Europa (www.air-europa.com; 902 40 15 01) vuela a París (aeropuerto de Orly) desde Madrid a partir de 163 euros, tasas incluidas.- Easyjet (www.easyjet.com;902 29 99 92) ofrece vuelos a París, con salida desde Madrid yBarcelona, a partir de 135 euros, tasas incluidas.Dormir- Home Latin (15-17 Rue de Sommerard; 143 26 25 21). Hotel en pleno corazón del barrio Latino, a cinco minutos del jardín de Luxemburgo y de la Universidad de la Sorbona. Habitación doble, 79 euros.Información- Oficina de turismo en París (892 68 30 00).- Embajada de Francia en España (www.ambafrance-es.org).- www.parisinfo.com.- www.paris.fr.- www.franceguide.com.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_