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Reportaje:FUERA DE RUTA

Lviv, la Ucrania más europea

Una ciudad insólita marcada por el cruce de culturas

Como un apéndice olvidado tras la chapucera operación quirúrgica que redujo a pedazos la Unión Soviética, Ucrania se enfrenta todavía, once años después, a una inmerecida marginación. Se olvida que este es un país de 50 millones de habitantes que fue cuna de la misma Rusia que luego la fagocitó. Un país que lucha entre dos corrientes enfrentadas (una de Oriente y otra de Occidente), y que, desde el corazón de Europa, se asoma también a los Balcanes, el mar Negro, el Cáucaso y Polonia.

Expulsada de los viejos circuitos turísticos que incluían el triángulo dorado Moscú-Kiev-Leningrado, sumida en una pavorosa crisis económica, combatiendo a los fantasmas políticos y sociales del pasado soviético, Ucrania tiene, además de su capital, un potencial como destino de vacaciones con dos focos principales de interés. Se trata de la península de Crimea, con su extensión costera hasta la Odesa que inmortalizaron Serguéi Eisenstein e Isaac Babel, y la región occidental, fronteriza con Polonia y con Lviv (Lvov en ruso) como insólita y desconocida luminaria.

Esta región occidental de cinco millones de habitantes, que fue polaca y formó parte del Imperio Austrohúngaro sin dejar por ello de ser genuinamente ucrania, sólo pasó bajo control soviético, con Lviv por delante, después de que, en 1939, Hitler y Stalin acordasen repartirse Polonia como si fuera un pastel de boda, y tras varios años de ocupación alemana, una vez que el führer rompió el pacto. Por eso, apenas la URSS empezó a dar síntomas de desintegración, los ucranios occidentales enarbolaron la bandera de la independencia y se pusieron en cabeza de la lucha para romper lazos con Moscú.

El solo aspecto de Lviv basta para apreciar la diferencia con el resto de Ucrania. El ruso es allí un idioma minoritario, al igual que la religión ortodoxa, que a partir de 1989 volvió a ceder paso al catolicismo, en sus dos ramas: uniata (la mayoritaria, de rito oriental) y romana (conocida como "polaca").

Es raro encontrar en esta espléndida ciudad de 800.000 habitantes las clásicas cúpulas de cebolla de los templos ortodoxos. Sus iglesias y catedrales son típicamente centroeuropeas, de arquitectura renacentista y barroca. Los domingos, a la hora de misa, la afluencia masiva de fieles a los templos recuerda a la de la vecina Polonia.

Los héroes locales son poetas cuyo nacionalismo fue manipulado o reprimido, como Iván Frankó o Taras Sevchenko. El monumento a este último, en pleno centro de la ciudad, en la espléndida avenida de la Libertad, es todavía mentidero que acoge a discutidores de política o de fútbol. No en vano el mejor jugador ucranio del momento comparte apellido con el glorioso vate.

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Al final de la avenida se levanta el espléndido edificio del teatro de ópera y ballet, a punto de cumplir su primer siglo de vida, y que ofrece un amplio repertorio clásico a precios ridículos para lo que se estila en Occidente.

Merece la pena callejear sin rumbo fijo por el centro de esta ciudad que sólo se sovietiza y afea en las afueras, pero que en el centro incluso disfraza su gran tamaño y se hace acogedora. Para llegar a la plaza del Mercado basta con dejarse guiar por la torre del Ayuntamiento, un enorme edificio que se traga la mayor parte del más destacable espacio urbano de Lviv.

El símbolo del león

Rodeando el Ayuntamiento se alinean fachadas renacentistas admirables. Merece la pena fijarse especialmente en la casa de piedra negra del número 4 de la plaza, que acoge parte del Museo de Historia, o en la fila de esculturas que coronan el número 6, o en los leones del número 28 (el rey de la selva es el símbolo de Lviv y el origen de su nombre). Los amantes de las iglesias las encontrarán en Lviv para todos los gustos, aunque no hace falta entrar en ninguna para apreciar lo más destacado del arte sacro de la ciudad. Basta para ello con contemplar la fachada de la capilla Boyim, de comienzos del siglo XVII, que muestra espléndidos altorrelieves con escenas del evangelio.

Aparte de los templos católicos y la solitaria iglesia ortodoxa rusa, merece la pena acercarse a la catedral armenia, y si, como es probable, se encuentra cerrada, al menos se podrán apreciar desde la verja exterior las extrañas formas de un calvario esculpido en madera.

Viajar a Lviv exige alejarse de los circuitos tradicionales. Será difícil encontrar una agencia que incluya a la ciudad en sus folletos, pero es fácil (y barato) llegar desde Kiev en tren o avión, y hay suficientes hoteles de tipo medio para garantizar una estancia cómoda. Una vez allí, lo mejor es olvidarse por unos días de que el tiempo es el medio de transporte más vertiginoso que existe. En Lviv, por suerte, parece que no se mueve.

Un tranvía atraviesa una calle de la ciudad antigua de Lviv, en el noroeste de Ucrania.
Un tranvía atraviesa una calle de la ciudad antigua de Lviv, en el noroeste de Ucrania.BRUNO BARBEI

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos

Cuando ir: la mejor época es de mayo a octubre.
Moneda: grivna (0,15 euros).

Población: Lviv tiene 800.000 habitantes.
Prefijo telefónico desde España: 00 38 03 22.

Cómo llegar

- Desde Kiev se puede ir a Lviv en avión, en menos de una hora, por unos 55 euros por trayecto. En tren litera (unas 10 horas), 25 euros.

- Lufthansa (902 22 01 01) tiene una oferta hasta el 30 de junio a Kiev por 299 euros más tasas desde varios aeropuertos españoles.

- Air France (901 11 22 66), 299 más tasas, también para junio.

Dormir

- Grand Hotel (72 76 65). Avenida de la Libertad, 13. Señorial, aunque con muchas habitaciones pequeñas. En pleno centro, frente al monumento a Taras Sevchenko. A partir de 135 euros la habitación doble.

- Hotel George (74 21 82 y 72 59 52). Mickiewicz, 1. También en pleno centro. La habitación doble, 73 euros.

- Hotel Dniester (97 43 05). Calle de Mateika. A unos 15 minutos a pie del centro. La habitación doble, a partir de 52 euros.

- Hotel Lviv (79 22 70). Calle 700 Richchia Lvova, 7. Estilo soviético, pero barato: unos 20 euros la habitación doble.

Comer

- Restaurante Olmar (79 85 42). Calle de Kra

kivska, 2. Interior fastuoso, comida ucrania. Precio medio, unos 10 euros.

- Restaurante Neptuno. Plaza del Mercado, 30. Especializado en pescado. Unos 12 euros.

- Cupol (74 42 54). Giovani Chaikovskogo, 37. 12 euros.

- Lisova Pisnia (72 47 10). Sichovih Strilsiv, 5. Unos 12 euros.

Información

- Oficina de turismo de Lviv (35 41 64 y www.tourism.lviv.ua).

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