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Reportaje:FUERA DE RUTA

Kioto, perfumes de primavera

Una tradición de 'geishas' y samuráis en la antigua capital de Japón

La cultura japonesa gira en torno al arte de envolver. Se envuelve el cuerpo en un quimono; la comida, en arroz; el arroz, en algas marinas; las maletas se ocultan en bonitas fundas decorativas. Kioto también está exquisitamente empaquetado. En su cinturón se encuentran los barrios tradicionales y un perímetro verde plagado de santuarios, templos, museos, antiguas villas aristocráticas y jardines de paseo donde campan a sus anchas garzas, patos, pavos reales y ardillas. Una joya. Quizá por eso, cuando el ministro americano de la guerra, Henry L. Stimson -que la había visitado dos veces durante los años veinte-, ordenó arrasar toda la costa del Pacífico y eliminar del mapa Hiroshima y Nagasaki, decidió dejar a salvo del infierno nuclear la vieja capital imperial.

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Kioto es la más tradicional de las ciudades japonesas. Y la más bella. Su calendario, no muy diferente al de otras ciudades próximas como Osaka, Nagoya, Kobe o Maibara, gira en torno a cinco estaciones: primavera, lluvias, verano, otoño e invierno. La primavera no comienza oficialmente hasta el florecimiento de los cerezos, entre principios y mediados de abril -nuestra Semana Santa-. Después, hasta julio, los cielos se encapotan y se producen lluvias torrenciales que suelen causar desprendimientos de tierra e inundaciones. Un finísimo manto de humedad envuelve el paisaje. Las luces y el asfalto se difuminan en una foto. La historia desaparece. Pero atentos. El imperio del crisantemo siempre oculta sus intenciones, y sus leyendas.

Así, Kioto aparece escondido entre sus propios pliegues. Sus cuatro barrios de geishas (allí prefieren llamarse geiko, las hijas de las artes) son un buen reclamo turístico. Kioto alumbró la novela más antigua del mundo, La historia de Genji, donde se describe la vida cortesana en la ciudad, siempre en torno al romance, la estética y el fastidioso cumplimiento de los preceptos y rituales. Fundada en el año 794 como Heiankyo (capital de la paz y la tranquilidad), Kioto se construyó según el modelo reticular de la ciudad china de Chang'an, capital de la dinastía Tang. Parapetado entre montañas y atravesado de norte a sur por el río Kamo, el emplazamiento fue estimado idóneo por los geománticos del emperador Kanmu. Un gran feng-shui urbanístico.

Cuna de los samuráis (los bushi), mecenas del budismo y de la ceremonia del té, Kioto es hoy una ciudad moderna, a primera vista una típica y bulliciosa aglomeración urbana japonesa que parece haber devorado a la vieja capital. Si el visitante llega en Shinkansen, el tren bala, el choque será brutal: se puede sentir una pulga en medio de su impresionante estación de tren futurista, diseñada por el arquitecto Hara Koji, una enorme mansión en movimiento dotada de hoteles, grandes almacenes y restaurantes cuya estructura guarda, paradójicamente, cierto parecido con la casa de madera tradicional de Kioto.

Pero no es esta gigantesca estructura metálica, tan frecuente en las ultramodernas Tokio o Yokohama, lo que nos ha traído hasta aquí. De repente, a lo lejos, la silueta negra de una pagoda parece advertir al visitante: "Si me buscas me encontrarás". Es el templo Toji, en el corazón de la ciudad. Su estructura de madera de cinco pisos es la más alta de Japón. En esta morada, llamada de los cuatro Budas, se cimentó en el siglo VIII la espiritualidad de Kioto. El edificio conserva un gran mandala tridimensional compuesto por 21 estatuas que rodean al Danichi Nyorai, el gran Buda cósmico que enunció por primera vez las enseñanzas esotéricas.

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No menos impresionante es el templo de Sanjusangen-do, la estructura de madera más larga del mundo. Su atracción principal es el pabellón que conserva la grandiosa imagen de una Kannon (diosa de la misericordia) con 1.000 brazos, rodeada en hileras por 1.001 clones exactos reluciendo en una oscuridad escalofriante.

El castillo de Nijo es otra sorpresa. A primera vista parece un edificio sobrio y monótono, su único ornamento exterior son unas cuantas rocas muy bien colocadas a lo ancho de un inmenso jardín. Una vez dentro, la maravilla de los dibujos de estilo chino que decoran sus puertas correderas -cerezos y escenas de caza felinas pintadas sobre fondos dorados- se convierte en el mejor escenario para echar a volar la imaginación. Pero lo que más llama la atención del visitante son los llamados suelos de ruiseñor, diseñados para que, al pisarlos, las grapas y los clavos que había bajo las tablas se rozaran entre sí emitiendo un ligero chirrido semejante al piar de los pájaros, advirtiendo así de la presencia de intrusos.

Adoquines y tiendas

El templo de Kiyomuki, en el barrio de Gion oriental (una zona más rústica y retraída que el dinámico casco urbano), es casi una institución en la vida de Kioto. Situado en lo alto de una pendiente, al final de dos estrechas calles adoquinadas repletas de tiendas de artesanía, Ninnezaba y Sannenzaba (la tradición local dice que un tropezón en ellas trae dos años de mala suerte), parece despertarse de un sueño milenario entre un frondoso bosque. Los peregrinos que durante más de mil años han acudido a este templo para orar ante la imagen de 11 cabezas de Kannon y beber de su manantial sagrado, acaban su letanía en una balconada casi celestial, un milagro de ebanistería sin clavos desde donde se avista la blancura casi cegadora de los cerezos en flor que acompañan el curso del río Kamo.

Más al este se encuentran el Ginkaku-ji y el Kinkaku-ji, los pabellones Dorado y Plateado, retiro de montaña de dos importantes guerreros propulsores del renacimiento artístico conocido como la cultura Higashiyama (siglos XIV y XV). Entre sus muros se refinaron la ceremonia del té, el teatro Noh, los arreglos florales (ikebana) y la caligrafía. En el otro extremo de la ciudad, al noroeste, descubrimos uno de los jardines secos más bellos de todo Japón, en el templo de Ryoan-ji, un paisaje prácticamente invisible y plano, sólo arrugado por 15 piedras sobre grava blanca, considerado la máxima expresión del budismo zen. Aunque existen muchas interpretaciones del significado de estas rocas, sus adivinanzas sólo pueden resolverse a través de la contemplación en silencio. Lo conseguiremos si llegamos justo después de abrir sus puertas, a las ocho de la mañana; dos horas más tarde se llena de estudiantes adolescentes y apresurados turistas con sus cámaras, dispuestos a disparar sobre todo lo que no se mueva.

Kioto es una ciudad con una excelente oferta gastronómica. Los locales de ocio y restauración se encuentran en el pasadizo de Pontocho -la calle de los crápulas y los modernos-, y está dominada por las tradicionales ochaya, un tipo de casas de té donde las geishas entretienen a la clientela. El distrito de Gion es el símbolo de lo mejor de la vida para el japonés medio: vino, mujeres y... karaoke. Su zona comercial es un reclamo práctico para el turista con poco tiempo que busca comprar a buen precio los auténticos yukata o furisode (quimonos), abanicos, peinetas y horquillas. Kioto posee fama de tener las mejores tiendas de la vestimenta tradicional a precios más que respetables. Siguiendo las leyes del envoltorio japonés, estas prendas, que siempre siguen el mismo patrón -en lugar de coserse a medida se ajustan al cuerpo-, se heredan durante generaciones. Antes de limpiarlos se descosen las costuras y, cuando se guardan, se doblan y se envuelven en papel.

El templo Kiyomizu-dera, en gran parte del periodo Edo (1603-1867), fue escenario de la película <i>Memorias de una geisha</i>.
El templo Kiyomizu-dera, en gran parte del periodo Edo (1603-1867), fue escenario de la película Memorias de una geisha.HACKENBERG

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos- Población: Japón tiene 127 millones de habitantes. Kioto, 1,5.Cómo llegar- Vuelos a Tokio desde Madrid y Barcelona, a partir de 704,80 con Air France (www.airfrance.es).- El tren bala de Tokio a Kioto tarda un poco más de dos horas. Billetes a partir de 92 euros por trayecto. En temporada alta es necesario reservar con antelación (www.japanrail.com).Información- Turismo nacional de Japón(www.jnto.go.jp).- Embajada de Japón en España(www.es.emb-japan.go.jp).

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